Conoce las etapas del neurodesarrollo
A la hora de realizar una valoración, intervención y seguimiento con población infantil desde el ámbito clínico o educativo, es fundamental conocer cómo funciona el sistema nervioso y cuáles son las etapas y los hitos del neurodesarrollo.
A continuación, te contamos esas cinco etapas del neurodesarrollo, ¡sigue leyendo!
Etapa anatómica (Periodo de gestación)
Esta primera etapa sucede durante la gestación, ya que al término del embarazo se ha debido de formar la estructura principal del sistema nervioso.
En el primer trimestre de gestación destaca la proliferación y diferenciación celular. Las neuronas inician su migración para formar seis capas corticales que serían la capa molecular, granular externa, piramidal externa, granular interna, piramidal interna y, por último, la capa multiforme.
Las primeras neuronas en migrar, formar sinapsis y circuitos son las del tronco cerebral, durante el segundo trimestre se conectan entre sí y se observa como el feto presenta los movimientos reflejos propios de recién nacido.
En el tercer trimestre, la formación de nuevas sinapsis corticales coincide con la proliferación de células gliales, las encargadas de formar las vainas de mielina axonal, del mantenimiento de las vías neurales y del metabolismo neuronal.
Tanto la formación de sinapsis como la mielinización, entendida como el proceso de recubrir, proteger y aislar a los axones con la vaina de mielina, este proceso continuará después del nacimiento y a lo largo de toda la vida. La mielinización debe ocurrir de forma adecuada para que los estímulos nerviosos que envía el cerebro a través de las neuronas circulen correctamente.
Etapa de la autonomía motora (del nacimiento a los tres años)
En esta fase cada neurona realiza unas 15.000 sinapsis, lo que provoca el aumento encefálico por el cual el perímetro craneal crece unos dieciséis centímetros.
En el recién nacido se ha completado la mielinización del tronco encefálico dorsal, los pedúnculos cerebelosos y la rama posterior de la cápsula interna, sin embargo, sus movimientos son de origen subcortical y estereotipados. Los movimientos del recién nacido son estereotipados, ya que están marcados por la postura en flexión que aún mantiene y dominados por los reflejos arcaicos o primitivos del recién nacido.
La plasticidad cerebral está en una fase de máximo crecimiento, pues, el encéfalo se está formando y se construye mediante las experiencias vividas. En esta etapa ya se da la poda sináptica, es decir, las funciones más utilizadas se estabilizan y mielinizan las sinapsis creadas para soportarlas, mientras que las sinapsis menos frecuentes se atrofian.
A los tres meses, el cerebelo completa su mielinización, pero en el cerebro solo están parcialmente mielinizadas, las neuronas primarias, sensoriales y motoras; el resto de áreas cerebrales se irán mielinizando de atrás hacia delante, lo que llamamos el patrón postero anterior produciendo un desarrollo sensorial, del control postural y del movimiento voluntario siguiendo una secuencia cráneo-caudal, de la cabeza, tronco y pelvis y medial lateral que se desarrolla de caderas y hombros a brazos y piernas.
Las áreas del lenguaje también evolucionan en las etapas del neurodesarrollo. Se empieza en las áreas primarias, en la sustancia blanca sensoriomotora y la circunvolución de Heschl, cuando el niño aprende a discriminar sonidos y palabras. Más adelante, sigue en las cortezas de asociación corteza frontal y temporo-parietal, por lo que comprende que una palabra representa una idea y, por último, alcanza las áreas más anteriores, área de Broca en el lóbulo frontal, emite sus primeras palabras. Progresivamente, alcanza otros logros como el desplazamiento autónomo y el control de esfínteres.
Etapa del lenguaje y comprensión del entorno (desde los tres a los diez años)
En este periodo, el perímetro craneal aumenta solo unos tres centímetros, a diferencia del crecimiento del resto del cuerpo, además en lugar de crearse continuamente nuevos circuitos neuronales se afinan los que ya existen.
Se eliminan las sinapsis menos frecuentes y se refuerzan las que apoyan los aprendizajes más utilizados, lo que provoca la reducción de la sustancia gris de la corteza.
Comienza el perfeccionamiento del lenguaje y la comprensión de otras personas y el entorno. Entre los dos y los cinco años, el desarrollo del lenguaje se acelera, contando con unas dos mil palabras en su vocabulario y comienza a utilizar frases más complejas. Todo este proceso ocurre de forma simultánea al inicio de la lectura y la escritura implican las áreas visuales y las motoras de la mano dominante.
Etapa del desarrollo de las funciones ejecutivas
Antes de esta etapa ya hay evidencias de la existencia de la memoria de trabajo, por ejemplo, con el concepto de permanencia de objeto o también del control inhibitorio con tareas de atención selectiva.
Alrededor de los 6 años comienza a experimentarse un periodo de mielinización y desarrollo funcional que afecta al lóbulo frontal y especialmente a la corteza prefrontal, que coincide con el aumento de la autonomía del niño y aumento de las demandas sociales y académicas.
Más tarde, entre los 7 y 12 años, se producen periodos de intensa mielinización de las estructuras frontales, acompañados de un aumento de la autonomía y de la capacidad de generar nuevas respuestas flexibles.
Etapa de la identidad personal
Por último, como parte de las etapas del neurodesarrollo, durante la pubertad y adolescencia, los cambios sexuales aceleran el crecimiento físico, modifican la morfología corporal y activan los órganos reproductores. En el cerebro la acción endocrina reorganiza drásticamente su anatomía y función.
En este periodo, las emociones son intensas debido a que el sistema límbico ha finalizado su mielinización, pero las áreas prefrontales todavía siguen formando nuevas sinapsis. Por otro lado, los circuitos de recompensa tienen una respuesta exagerada y el aprendizaje es más analítico como resultado de esa mielinización de las áreas prefrontales.
El análisis de todas estas etapas de maduración, integración y funcionalidad de las estructuras cerebrales y el efecto del entorno llevan a desarrollar capacidades cognitivas que ayudan a alcanzar un comportamiento adaptativo. Para comprender el desarrollo a lo largo del ciclo vital y realizar intervenciones efectivas debemos comprender las etapas del neurodesarrollo, conocer el contexto familiar y social, los recursos y apoyo del entorno e integrar esa información en nuestra actividad como docentes y sanitarios.
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