Participación de las familias en los centros educativos
El compromiso de las familias en la educación de sus hijos e hijas es un hecho, un derecho y un deber reconocido por todas las personas. Se hace cada vez más preciso estrechar los lazos entre la escuela y las familias para responder a las demandas y exigencias de la sociedad actual. En concreto, la participación de las familias en los centros educativos es fundamental para el desarrollo integral de los estudiantes y para fortalecer la relación entre la escuela y la comunidad.
Estrategias que se pueden emplear
En primer lugar, se debe crear un ambiente acogedor, haciendo de los centros educativos espacios abiertos para las familias donde se sientan bienvenidas y cómodas. Esto se puede lograr mediante una buena comunicación, un trato amable y respetuoso, y la realización de actividades y eventos que involucren a las familias.
Además, es fundamental establecer una comunicación fluida y constante, lo cual se logra con reuniones periódicas, boletines informativos, grupos de WhatsApp u otras herramientas virtuales, y la disponibilidad de maestros y directivos para responder a las preguntas y preocupaciones de las familias.
Otra de las estrategias que se puede emplear sería el llevar a cabo actividades y eventos inclusivos que involucren a las familias. Un ejemplo podría ser el desarrollo de charlas, talleres, jornadas de puertas abiertas, actividades culturales y deportivas, entre otros.
También, hay que considerar que es importante promover la participación activa de las familias en el proceso educativo. Para ello, se les puede invitar a participar en tutorías, grupos de apoyo, comités de padres y madres, y otras instancias en las que puedan contribuir con su experiencia y conocimientos.
Cuando finalicen estas actividades, a modo de reconocimiento por su participación en ellas, se puede hacer entrega de certificados, agradecimientos públicos, menciones en boletines o a través de las redes sociales.
Por supuesto, se debe sensibilizar sobre la importancia de la participación familiar en la educación de sus hijos. Para ello, el centro puede repartir material informativo que destaque los beneficios de la participación de las familias en el desarrollo académico y socioemocional de los estudiantes.
Es necesario flexibilizar horarios y espacios, lo que significa que los centros educativos se reúnan a veces, realicen y faciliten la participación virtual si no pueden asistir presencialmente, y adaptar los espacios físicos para acoger a las familias de manera cómoda y segura.
Y, por último, otra de las estrategias sería el establecer alianzas con organizaciones y entidades locales como bibliotecas, centros comunitarios, asociaciones de padres y madres para promover la participación de las familias. Estas organizaciones pueden brindar recursos y apoyo adicional para el desarrollo de actividades y eventos que involucren a las familias.
Ventajas de la participación familiar
- Mejora del rendimiento académico de los estudiantes. Cuando las familias están involucradas y apoyan el aprendizaje de sus hijos, estos tienden a tener mejores resultados escolares.
- Incremento de la motivación del alumnado. Esto se debe a que cuando las familias muestran interés en la educación de sus hijos y están presentes en su vida escolar, los estudiantes se sienten más motivados para aprender y tener éxito.
- Mejora del comportamiento. En concreto, la participación de las familias en la escuela puede influir positivamente en la conducta de los estudiantes. Cuando las familias establecen buenas relaciones con el profesorado y supervisan el comportamiento de sus hijos, estos tienden a comportarse de manera más adecuada en el entorno escolar.
- Aumento de la satisfacción personal. Esto ocurre tanto para los padres como para los hijos, ya que cuando los mismos se sienten más involucrados en la educación, los estudiantes experimentan un mayor apoyo y reconocimiento por parte de sus familias.
- Promueve la comunicación y la colaboración entre las familias, el profesorado y otros miembros de la comunidad educativa, lo que puede beneficiar tanto a los estudiantes como a la institución escolar, ya que facilita el intercambio de información y promueve el trabajo en equipo.
A modo de conclusión, se puede afirmar que la participación de las familias en los centros educativos es esencial para fomentar un ambiente de aprendizaje enriquecedor, así como para fortalecer la relación entre la escuela y el hogar, y contribuir al éxito académico y personal de los estudiantes.
En definitiva, es responsabilidad tanto de las familias como de las escuelas el trabajar en conjunto para asegurar que la educación sea un esfuerzo colaborativo y que los estudiantes tengan el apoyo necesario para alcanzar su máximo potencial.
Referencias bibliográficas del artículo
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Raimúndez, V. Q. (2022, Summer 2). [Re]pensemos la participación de las familias: Diagnóstico y propuestas de intervención en los servicios de atención básica a las personas en la ciudad de Barcelona. Pedagogia i Treball Social .