La falta de educación sexual en el aula
En el siglo que estamos, y todavía, a día de hoy, la educación sexual es un tema que brilla por su ausencia en la mayoría de niños y jóvenes. Hablar sobre el sexo, dudas sobre la salud reproductiva o cuáles son las identidades u orientaciones sexuales que existen, son temas tabúes en los centros educativos. La falta de información en los adolescentes se está volviendo bastante grave ya que adquieren conocimiento tanto por amigos, también desinformados, como vía internet, sin ningún filtro ni empatía.
La gravedad de la ausencia de educación sexual
La exposición de imágenes sobre sexo explícito en niños y jóvenes supone una falta de educación sexual, puesto que no tienen conocimientos previos para interpretar ese contenido y diferenciar la ficción de la realidad. Por ello, la educación afectivo-sexual en el colegio es vital y fundamental para enseñarles cómo tener sus primeras relaciones sexuales (y no recurrir al visionado prematuro del porno que provoca una falta de empatía) o conocer la salud reproductiva en la adolescencia.
Por otro lado, el uso reciente de la inteligencia artificial ha destapado uno de los fenómenos cada vez más propagados, ya no solo en los famosos: la exposición y desprotección de la imagen propia en internet. Esta herramienta tecnológica se está utilizando sin control ni ley y está provocando, como hemos visto en un caso de menores afectados, la vulneración de la intimidad de los adolescentes a tan solo un clic de volverse viral.
Otra de las consecuencias de la falta de educación sexual en el aula es el efecto que provoca en la autoestima de los adolescentes. Este contenido pornográfico refleja tantos cuerpos normativos como genitales de un solo tipo incitando la ausencia de diversidad en cuerpos. El profesor de genética y doctor en biología por la Universidad de Barcelona, David Bueno, da con la clave de este mal uso de las redes sociales e internet en los jóvenes: “no son nativos digitales, sino huérfanos digitales, los adultos de su entorno no han podido enseñarles a usar una tecnología que ellos tampoco dominan”.
La importancia de una educación sexual temprana
Como hemos dicho anteriormente, todo lo relacionado con lo sexual (relaciones, identidades o dudas) se trata de manera íntima y personal, y hay que derrumbar esa concepción de ser tabú y hablar de ello como parte del dominio público que tiene que ser. Y este problema no está ocurriendo ahora, ha pasado siempre donde hablar la sexualidad o cualquier tema referido se ha hecho en la más estricta confesionalidad. La diferencia respecto a la actualidad es que se ha alzado la voz con problemas que causa la falta de educación sexual como agresiones, abusos, violaciones, chantajes, etc.
Poder impartir una educación sexual en los colegios será un avance para la sociedad venidera, y estaremos formando personas con valores educativos sexo afectivos y con ello una vida sana sexual. Además, la educación sexual nos enseña qué hay más allá del coito y que la pornografía no muestra en su contenido que consumen tantos adolescentes sin conocimiento previo. Otras cuestiones prácticas que nos aporta son los métodos anticonceptivos o las enfermedades que se pueden contraer en las relaciones sexuales.
Se quiere remarcar la necesidad e importancia de implantar una base de educación sexual integral desde la infancia y llevada por las instituciones. Hay que poner fin a la desinformación que circula entre los más jóvenes y que está provocando la gran falta de consciencia del consentimiento, invisibilidad de la diversidad sexual y la salud en las relaciones sexuales. La solución ante esta problemática para padres, institutos, escuelas… es la educación sexual. Con ella, se puede disfrutar libre y saludablemente de la sexualidad.
Objetivo de la educación sexual: quedarse en las aulas
La educación sexual significa un proceso de enseñanza y aprendizaje que introduce aspectos emocionales, físicos, cognitivos y sociales respecto a la sexualidad. El objetivo es equipar de conocimientos, habilidades, valores y actitudes a los niños y niñas como adolescentes para promover su salud y bienestar sexual. Además, la educación sexual eleva a los jóvenes a ser más críticos y conscientes de sus propios derechos, así como fomentar la igualdad de género y diversidad.
Implantar un sistema de educación sexual en las aulas va a favorecer la prevención y reducción de la violencia y discriminación que existe desde jóvenes en las parejas, incluso va a mejorar la confianza para formar relaciones más sanas y fuertes. Pero todo esto mencionado no se podrá formalizar y progresar en la materia sino no existe una ley de educación sexual única para centrar todos los recursos en ello.
Todo ello está en mano de las instituciones, quienes son aquellas que tienen la llave para cambiar toda la mentalidad respecto a la realidad sexual que existe en las juventudes tempranas. Las instituciones gubernamentales deben velar por una educación sexual y garantizar las actividades necesarias para proporcionar unos resultados exitosos en su implantación y progreso.