Estudiar en el extranjero: ventajas y desventajas
Vivir un tiempo en el extranjero puede ser una experiencia de lo más enriquecedora. Nueva cultura, nuevas costumbres, puede que nuevo idioma... Sin duda, es el sueño de los más aventureros.
Muchos estudiantes dedican durante su etapa educativa un año o unos meses a estudiar en otro país, con todo lo que ello conlleva. Si tienes curiosidad e imaginas cómo sería tu estancia en el extranjero, te ofrecemos una serie de ventajas y desventajas a tener en cuenta si decides comenzar a planificar tu experiencia.
Ventajas de estudiar en el extranjero
- Aprender nuevos idiomas: puede resultar complicado al principio, pero estudiar en otro país es la mejor forma de practicar su idioma y convertirse en experto en unos pocos meses. La inmersión lingüística que se da ante el contacto directo con nativos supone el enriquecimiento de vocabulario y mayor fluidez al hablar, leer o escribirlo.
- Oportunidades de estudio o trabajo: contar con estudios en el extranjero se ve como una ventaja competitiva, facilitando la inserción laboral con un mejor salario. Además, se aprende sobre nuevos métodos de enseñanza y perspectivas diferentes.
- Conocer nuevas culturas: vivir en el extranjero da lugar a conocer un estilo de vida diferente, apreciando hábitos, costumbres y tradiciones del país en el que se estudia. Es la mejor forma de acercarse a visiones del mundo distintas.
- Hacer nuevos amigos: el hecho de conocer nuevas personas que pertenezcan a distintas nacionalidades es muy interesante, ya que permite experimentar un intercambio multicultural.
- Crecimiento personal: a través de esta experiencia aumenta la capacidad de resolver con facilidad los problemas cotidianos o realizar varias actividades al mismo tiempo. Salir de la zona de confort supone todo un reto que requiere mayor madurez, por lo que estudiar en el extranjero puede enseñarte sobre ti mismo, incluidas tus fortalezas y limitaciones. Tener este conocimiento te ayudará a crecer como ser humano.
- Mejor administración de los recursos: vivir fuera conlleva responsabilidad en cuanto a lo económico, por lo que se aprende a llevar un mejor manejo del dinero y los recursos de los que se dispone, además de aprender a ser una persona más previsora.
- Becas y ayudas: cabe la posibilidad de acogerse a alguno de los numerosos programas de becas para estudiar en el extranjero. Algunas instituciones como las universidades ofrecen esta experiencia, facilitando la información necesaria para el traslado y llegando incluso a aportar cierta cantidad de dinero al estudiante para transporte, alojamiento o manutención.
Desventajas de estudiar en el extranjero
- Coste económico: la experiencia de estudiar en el extranjero supone una inversión económica algo alta en la mayoría de casos. Trámites, desplazamientos, alojamiento y manutención se suman al coste de la matrícula del curso que se vaya a estudiar.
- Alojamiento: dependiendo del lugar de destino, puede llegar a ser complicado encontrar alojamiento. También debe tenerse claro el presupuesto y tipo de estancia: host family, residencia, piso compartido...
- Primeros días en un nuevo país: los primeros días o semanas pueden resultar especialmente difíciles, pues lo común es no conocer a nadie aún, tener que familiarizarse con las calles, las rutas de transporte...
- Dificultades con el idioma: pueden darse problemas de comunicación hasta ir aprendiendo o perfeccionando el idioma.
- Nostalgia: el estar lejos de familia, amigos y el entorno de cada día puede provocar tristeza, especialmente si se trata de la primera vez que se pasa un período prolongado de tiempo fuera del hogar.
- Trámites y documentación: recoger toda la documentación necesaria y llevar a cabo los trámites pueden suponer un coste de dinero y tiempo extra. Por ello, hay que informarse adecuadamente de los requerimientos por parte del país de destino y tener presentes los plazos. No es lo mismo viajar a un destino de la Unión Europea, por ejemplo, que a Estados Unidos.
Opciones de estudio en el extranjero
Hay diferentes formas de estudiar en el extranjero, según el nivel de estudios y los objetivos que se tengan. Una de las opciones es estudiar un grado universitario, o parte de él, a través de una beca Erasmus. Aunque es la manera más común, por suerte no se trata de la única.
Embarcarse en la aventura para estudiar un curso de idiomas puede asegurarte unos meses de estancia en el país deseado. Además, esto puede compaginarse con trabajo a tiempo parcial, por lo que además de aprender de la mano de profesores nativos puedes ganarte unos ahorros o emplear el dinero para conocer diferentes zonas del destino, o países vecinos.
Si lo prefieres, también puedes optar por un curso vocacional, también con posibilidad de compaginar con trabajo a tiempo parcial. Cada país tiene una oferta diferente de estos cursos, que suelen durar un año. Puedes estudiar desde negocios hasta educación, artes o carreras STEAM.
Como se puede apreciar, las opciones para estudiar en el extranjero no son pocas, lo que demuestra que se trata de una experiencia que genera cada vez más interés. Y quién sabe si en tu país de destino puedes acabar encontrando un nuevo lugar al que llamar hogar. ¿Te animas?
Texto escrito por Mónica Aguilera.