El "masking" en el autismo

Los rasgos de autismo no siempre son visibles, o al menos no en igual medida en cada persona. En muchos casos se da lo conocido como masking o enmascaramiento, una práctica que puede tener consecuencias al final del día en la persona que la realiza.

Autismo y rechazo

Las personas autistas presentan dificultades para seguir las normas sociales que los conocidos como “neurotípicos” consiguen interiorizar desde la infancia, así como necesitan hacer un esfuerzo extra a la hora de leer expresiones faciales, interpretar señales o tonos de voz. Esto tiene como consecuencia un impacto negativo en sus vidas debido a posibles malentendidos, llegando a no sentirse comprendidos en la mayoría de situaciones. 

Características del masking

Este enmascaramiento del que hablamos se trata de una herramienta de supervivencia social, en la mayoría de casos empleada de manera inconsciente. Supone el escondite de la verdadera identidad y rasgos de la persona con tal de pasar desapercibida respecto al resto de individuos. El miedo a sufrir prejuicios y reacciones negativas por parte de la población neurotípica es lo que impulsa a las personas con rasgos de autismo, diagnosticados o no, a fingir ser alguien que no son y sentir vergüenza por sus propias características.

La práctica es más recurrente en niñas o mujeres, pues al centrarse la mayoría de estudios e investigaciones en la población masculina, el diagnóstico en mujeres con Trastorno del Espectro Autista (TEA) no suele ser adecuado o suficiente. El masking se da de diferentes formas y nunca igual en todas las personas. Ejemplos de ello son la imitación de gestos y expresiones faciales del opuesto a la hora de mantener una conversación, el forzar el contacto visual, la práctica de diálogo antes de una interacción social o la supresión del stimming. Por stimming entendemos el comportamiento de autoestimulación caracterizado por la repetición de movimientos, palabras o sonidos.

Consecuencias del masking

Esta práctica supone un gran cansancio mental y emocional para la persona que la lleva a cabo, pudiendo derivar en síntomas de depresión y ansiedad, o sobrecargas sensoriales con sus respectivas respuestas físicas. Se trata de un asunto de gravedad que puede conducir a sufrir de exclusión social y desempleo, baja autoestima o conductas autolesivas y de aislamiento, e incluso ideas suicidas.

¿Se pueden prevenir o evitar estas consecuencias?

Las personas neurodivergentes tienen la capacidad de ver el mundo desde una perspectiva diferente, con otras concepciones sobre el comportamiento en sociedad y sus normas. Necesitan ser comprendidas, pues es frecuente en ellas el sentirse apartadas del resto, e incluso sufrir bullying o mobbing.

En ocasiones es necesaria atención psicológica para mejorar el posible malestar producido por la obligación de adaptarse a una sociedad cada vez más exigente. No solo esto, sino que se debe trabajar para dar lugar a un mundo más comprensivo y empático, no invalidando otras formas de comportamiento o entendimiento del mismo.

Las personas con TEA suelen apoyarse en la anticipación de las situaciones sociales para así reducir la incertidumbre y sentirse más cómodos al tener la posibilidad de planificar. Necesitan explicaciones lo más claras y explícitas posibles, por lo que siempre se les puede facilitar toda la información e indicación necesarias.

Estamos ante la necesidad de trabajo conjunto como sociedad para acabar con los estigmas relacionados con el autismo en cada una de sus formas. La existencia del masking se da por la falta de confianza y seguridad generada en conjunto hacia este colectivo. Por ello mismo es deber de todos asegurarnos ofrecerles un entorno donde no se sientan obligados a esconderse o fingir una identidad que no les corresponde. La desinformación es nuestro gran enemigo, pues por desconocimiento o desinterés caemos en mitos y con ello perjudicamos como sociedad a quienes no lo merecen.

Claves para el apoyo

1. Comprensión y aceptación: la aceptación incondicional es fundamental para ayudar a sentirse valorado y respetado. Familia y amigos deben esforzarse por comprender y aceptar a la persona tal y como es
2. Creación de un ambiente positivo: contribuye a la reducción de estrés y ansiedad derivados de ciertas situaciones sociales
3. Educar a otros sobre el autismo: concienciar sobre el autismo es imprescindible para reducir el rechazo social
4. Fomentar la inclusión social: la socialización con grupos afines, o con familia y amigos, puede marcar una gran diferencia

Que existan comportamientos diferentes al de lo que puede considerarse una mayoría no significa que haya lugar justificado para la intolerancia y el rechazo. Por ello, y ahora más que nunca, puesto que tenemos a golpe de clic infinidad de información sobre el espectro autista, el mantenerse informado y adoptar una postura de aceptación es imprescindible para evitar que una práctica como el masking se siga extendiendo.