La mirada sistémica en pedagogía
La escuela y la familia son dos instituciones necesarias e imprescindibles para el desarrollo de los niños y las niñas. Actualmente, se está denunciando en distintos medios que las familias están delegando su función como educadora en la escuela, lo que está provocando un colapso y una sensación de estrés en el profesorado. La escuela no puede ser la única institución educadora, y es más, no puede suplir la educación que se otorga desde la familia.
La familia es quien se encarga de dar la educación que permitirá a los niños y niñas incluirse dentro de una sociedad, ya que aprenderán las conductas aceptadas y las normas, así como recibirán una educación emocional muy importante para su correcto desarrollo.
Un nuevo punto de vista
Debido a lo recién explicado, entendemos que se necesitan modelos educativos que promuevan la participación e involucración de las familias dentro de la vida de los centros educativos. En este artículo vamos a hablar de la pedagogía sistémica. Se trata de una teoría que podría ser catalogada como tradicional, y que tiene como finalidad la confluencia de los tres elementos: escuela, familia y alumno, poniendo siempre en primer lugar la realización tanto a nivel académico como personal del último.
Esta metodología entiende que los hijos o estudiantes son leales al sistema al que pertenecen, lealtad que constituye un impulso mucho más fuerte que cualquier propuesta que venga del exterior, y que podría suponer tanto un freno como una motivación en la adquisición de conocimientos. Sigue la corriente de pensamiento de Bert Hellinger, que defiende la conectividad racional entre cualquier grupo humano.
Las características fundamentales de este modelo son:
- Autenticidad: la autenticidad tiene que ver con reconocer quién eres y actuar consecuentemente con ello. La fuerza se logra cuando se es leal a la esencia como persona. El alumnado de los centros educativos son personas las cuales poseen potencialidades únicos
- Mirada Sistémica: se trata del reconocimiento del alumnado como parte de un sistema familiar, prioritario a cualquier otro sistema. La escuela debe entenderse como un sistema donde interrelacionan las partes. Cada persona necesita saber cuál es su lugar y actuar y relacionarse desde el mismo. En coherencia, todo el grupo de profesionales precisa conocer que se trabaja con los padres y madres del alumnado y agradecer que los padres y madres confíen en el centro educativo como agente educacional
- Dar y tomar: las familias y escuelas son quienes comparten conocimiento, afecto, herramientas educativas y valores, aprendiendo el alumnado a ocupar el lugar que le corresponde
- Incertidumbre: se trata de la capacidad de aceptar que la vida cambia y todo muere, por ello se precisa aprender y adaptarse a los cambios, con el objetivo de seguir siendo quienes somos
- Responsabilidad: es la competencia de aceptar las consecuencias de nuestros actos
- Alegría del maestro: se trata de la figura intermedia entre el alumnado y el aprendizaje
Como ya hemos comentado, esta metodología es abierta hacia la comunidad, en concreto hacia las familias. De esta forma se da una respuesta real a las necesidades del alumnado, por ello una de las principales ventajas de la pedagogía sistémica es la inclusión. El entorno y la familia del estudiante son los encargados de transmtitir conocimientos básicos además de valores como el respeto, la aceptación y la inclusión, fundamentales para la convivencia. Para garantizarnos el éxito y la buena educación del alumno, es imprescindible que la familia se sienta incluida en el proceso de aprendizaje. Por ello, los impulsores de la pedagogía sistémica afirman que en él se pueden establecer vínculos muy fuertes y útiles que deben ser aprovechados.
Para poder implantar esta metodología en el centro educativo, se necesita de profesionales de la educación que estén dispuestos a atender a la diversidad del alumnado, sus necesidades y particularidades, teniendo en cuenta el contexto específico en que el alumno o alumna se desenvuelve. Así como deben trabajar en crear vínculos tanto con el alumnado como con sus familias. Distintos profesionales de la educación han desarrollado el proyecto conocido como “Redes de apoyo”. A través del mismo se establece la importancia de que los familiares desarrollen un vínculo estrecho de comunicación con el alumnado, que facilite y mejore la formación de los mismos.
Los objetivos que defiende este proyecto son:
- Hacer reflexionar tanto por parte de las familias como de los estudiantes de la importancia de fomentar la educación entre ambos
- Concienciar de que las familias son una institución fundamental en la vida de sus hijos e hijas
- Otorgar la importancia que poseen tanto la familia como la escuela como redes de apoyo
Podemos observar, entonces, que la fuerza de la pedagogía sistémica reside en incluir a cada persona, lo que es clave para poder empezar a trabajar pensando en el buen aprendizaje del estudiante.
En definitiva, la pedagogía sistémica es una metodología muy necesaria de implantar en los centros educativos, ya que se debe fomentar la relación entre las familias y las escuelas para poder responder realmente a las necesidades del alumnado, y servir como lugares de orientación y de aprendizaje hacia la vida.
Texto escrito por Anabel Quesada.