Buscando el perfil de un agresor de bullying
Cuando hablamos de bullying, hacemos referencia al acoso escolar, es decir, a todo tipo de comportamiento violento o intimidatorio, incluyendo toda forma de maltrato físico, verbal o psicológico que se produce entre niños y adolescentes, de forma reiterada y a lo largo del tiempo.
Perfil de la víctima
El perfil que posee el niño contra el que suele hacer bullying se caracterizan por ser sumisos, tener dificultades para defenderse, presentar baja autoestima, ser inseguros o porque se diferencian de sus compañeros por diversos motivos.
A pesar de que algunos estudios identifican una serie de características psicológicas y comportamiento comunes en las víctimas de bullying, la realidad es que constituyen un grupo tan variado y heterogéneo que por desgracia cualquier alumno puede convertirse en blanco de las burlas de un grupo de agresores, muchas veces sin otro motivo que el puro azar.
¿Cuándo comienza el bullying?
De manera general, el bullying comienza con burlas, poco a poco la situación se va intensificando, hasta derivar en agresiones físicas o verbales que suelen generar daños psicológicos y emocionales en el individuo afectado.
Hasta ahora podemos hablar de la existencia de 6 tipos de bullying según la Universidad internacional de Valencia en 2014; físico, se trata del más común, especialmente entre chicos, provocando empujones e incluso palizas entre uno o varios agresores a la víctima. Psicológico, suele utilizarse con el fin de reforzar acciones que se han llevado a cabo con anterioridad y utilizan la persecución, intimidación, chantaje, manipulación… Verbal, discriminan, difunden chismes, insultan, amenazan, ponen motes… Sexual, se produce un abuso sexual o referencias malintencionadas a partes íntimas del cuerpo de la víctima. Social, de manera directa o indirecta, se pretende aislar a la víctima del resto del grupo. Y por último, ciberbullying o bullying cibernético, se trata de un acoso muy grave que se da a través de las nuevas tecnologías, desde el anonimato.
¿Qué podemos hacer para reconocer el perfil de un agresor de bullying?
Normalmente, este suele tener un comportamiento provocador y de intimidación permanente. Según algunos expertos, un niño reacciona así cuando quiere probar la sensación de poder y esta acaba gustándole, debiéndose a que no se siente bien o no disfruta otros niños (Fernández, 2018). Algunas características de este tipo de perfil son; personalidad irritable y agresiva, bajo autocontrol, ausencia de empatía, tendencia hacia conductas violentas y amenazantes, impulsivo, con rendimiento académico bajo, existe la posibilidad de pertenecer a una familia desestructurada, físicamente es fuerte y suele asumir el rol de líder.
Para hacer frente a este problema, debemos de intervenir con el mayor cuidado posible, que requiere la situación. En primer lugar, es necesario prevenir, para que no se dé lugar a que pueda ocurrir, pero en el supuesto en el que ya se ha dado, debemos reaccionar lo más pronto posible y con actitud contundente.
La víctima puede sufrir consecuencias negativas como; estrés patológico, depresión, sentimiento de culpa, baja autoestima y autoconcepto negativo, bajo rendimiento académico y fracaso escolar, ataques de pánico, insomnio, ansiedad, mala reputación o rechazo, aislamiento social, problemas en sus relaciones sociales, e incluso, ideación suicida. Es por ello que le proporcionaremos acciones de apoyo y protección, programas específicos de apoyo personal y social, derivación, si fuera necesario, a servicios externos…
Pero resulta igual de importante, o incluso más, actuar con el agresor, para poder paralizar que siga ejecutando dicha actuación, a la vez que para ayudarlo personalmente, ya que como hemos visto, estas actitudes se realizan cuando el niño presenta algún tipo de problema. Por ello, desarrollaremos programas de ayuda personal y social, posible derivación a servicios externos…
Los observadores
Quizás, es el grupo con el perfil menos concreto, ya que se encuentra en una "posición intermedia" entre la víctima y el agresor. Se trata de ese grupo de personas que colaboran en el acoso indirectamente, y que no tratan de denunciarlo a profesores o padres. Su actitud puede llegar a ser incluso de colaboración, jaleando las acciones o grabando con las cámaras de los móviles.
Cuando se limitan a no hacer nada, su actitud pasiva refuerza la conducta de los agresores, pues no deja de ser una forma de aprobación.
Es cierto, que en ocasiones esta actitud se produce por miedo, a quizás convertirse en las próximas víctimas si salen en la defensa o lo ponen en conocimiento de algún adulto, o bien porque tomando esa posición les será más fácil integrarse con el resto de la clase.
Aunque no debemos olvidarnos de los otros muchos compañeros que sí que colaboran, ya que, sin el apoyo de estos, no se llegaría a producir. Podríamos dar información básica, desarrollar programas de favorecimiento a la convivencia pacífica, actividades de sensibilización, etc.
El bullying es una acción que debemos de corregir lo antes posible, ya que se debe a que alguien tiene problemas y a la vez puede ocasionárselos a otras personas. No debemos de tolerarlo bajo ningún concepto.