Cómo desarrollar los supuestos prácticos para oposiciones en el ámbito educativo
Si estas leyendo el presente artículo es porque te encuentras inmerso en el proceso de una oposición y necesitas preparación para los supuestos prácticos de oposiciones. A estas alturas, debes estar muy familiarizado con las dos pruebas que componen una oposición educativa. Aun así, no está de más recordar que esta contiene dos partes: la parte A, que consiste en un supuesto práctico, y la parte B, que exige el desarrollo por escrito de un tema que ha sido escogido al azar del temario.
Como sabes, para realizar ambas partes, cuentas con 4.5 horas, que tú debes administrar según criterio y, además, ambas partes se valoran individualmente, de 0-10 puntos, con un mínimo de 2.5 puntos, de tal modo que la calificación final de esta primera prueba se obtiene de la media aritmética de ambas, que debe ser superior a 5 puntos. Por último, sabrás que la nota final de la oposición saldrá de la media aritmética de las dos pruebas
Situación con los supuestos prácticos de oposiciones
Como primera derivada importante, tenemos que señalar que los supuestos prácticos para oposiciones tiene el mismo peso que el desarrollo del tema teórico. Asunto que, en algunas ocasiones, de forma indirecta se infravalora ya que se destina muchísimo más tiempo a la preparación de los temas y defensas orales que al supuesto práctico.
Esto tiene una clara razón, y es que, esta es la única prueba del proceso totalmente abierta. Es decir, no tenemos una modelo único y determinado para preparar. No se tratan de temas concretos ni tampoco es un documento elaborado por nosotros previamente que tenemos que defender con mayor o menor locuacidad, con mayor o menor experiencia, pero, al fin y al cabo, con una estructura clara.
En el caso de los supuestos prácticos para oposiciones, las únicas referencias que tenemos son la recopilación de los supuestos de anteriores procesos de oposiciones, y/o la experiencia de la academia o preparador de turno. Es precisamente al observar esta amplia variedad de temáticas en anteriores ejercicios, cuando entendemos que la preparación de esta prueba puede ser tan amplia como la imaginación (dentro de la legislación y requisitos del marco educativo) del evaluador permita. Pues bien, esta amplitud es inversamente proporcional al “vértigo” que provoca en la “mayoría” de los opositores, fundamentalmente por la incertidumbre, ya que, inmersos en un proceso cuya principal característica es el carácter memorístico y cerrado de la misma, de repente nos encontramos con una prueba abierta y no repetitiva.
En cualquier caso, advierta querido opositor, que antes hemos señalado al cuerpo de la “mayoría de opositores”, haciendo alusión al carácter incierto de esta prueba y por tanto al temor que infunda la misma. Ahora toca señalar la otra cara de esta moneda, esa otra “minoría”, a la cual, este tipo de pruebas no solo NO le infunden temor si no todo lo contrario, lo que le infundan es seguridad. ¿Por qué?... porque es la única prueba de todo el proceso que se basa en la aplicación práctica de conocimiento, no en una ¡REPETICION!
Hay que aplicar, adaptar, modificar, reordenar … y por tanto, ser algo creativo, y tirar de recursos propios dentro de los supuestos prácticos para oposiciones. En definitiva, demostrar que ante una situación abierta se poseen los conocimientos, la destreza y la madurez necesaria para desarrollar una situación de aprendizaje en el ámbito educativo. Esta es, y no otra, la principal virtud de esta prueba, esta debe ser nuestra ventaja si de verdad pretendemos ser profesionales de la educación. La posibilidad de demostrar dominio de un campo brilla por si sola cuando las condiciones de partida no están tasadas, cuando es la madurez, la reflexión y los mecanismos de adaptación cognitiva los que prevalecen sobre la memoria y la repetición.
Desde este pequeño rincón, os queremos animar a cambiar las perspectivas de enfoque sobre los supuestos prácticos para oposiciones, para que esta prueba pase al campo de las FORTALEZAS del opositor y no el de la DEBILIDADES. En cualquier caso y delimitada la situación de partida sobre la particularidad de los supuestos prácticos para oposiciones, queremos indicarte algún que otro consejo para que lo afrontes de forma decidida y segura.
Consejos para los supuestos prácticos de oposiciones
Obviamente, la temática de un supuesto práctico debe de estar dentro del marco teórico de la materia en oposición, por tanto, resultaría muy práctico tener preparado:
- Un esquema o guion de ITEMS a tocar, sea cual sea el supuesto. Se trata de una contextualización del centro, una estructura sencilla, a modo de tabla, para relacionar todos los elementos curriculares prescriptivos Es hacer una estructura narrativa común para la Introducción y la Justificación de la intervención, que sea flexible y maleable en función de la temática final.
- Las citas bibliográficas es otro elemento de valor añadido fundamental. La recomendación es huir de las citas y autores más habituales por genéricos. Nos referimos a esos libros que todos conocemos y que abarcan casi todo, que lo mismo nos sirven para hablar de alumnos con necesidades educativas especiales que para la adaptación de objetivos ya que son aquellas que todo el mundo usa. Aporta mayor calidad la utilización de autores muy específicos para cada tema, incluso renunciado al dominio de un mayor campo teoría
- Recuerda que el tribunal no es profesional. No decimos que no sea experto sino que la mayoría de ellos será, con probabilidad, su única participación en proceso de selectivo. Por tanto, se rige por los criterios generales aportados por el presidente, que en la mayoría de los casos, tienen más que ver con la presentación, la claridad y el orden visual, la ortografía, y la concreción y la brevedad. Todo ello prevalecerá, desafortunadamente, frente al fondo y la densidad de conocimientos.
- Por último, debes asumir que el tribunal son profesores en ejercicio, que vienen de comprobar y lidiar con la realidad de la enseñanza, con la dificultad de los recursos y medios ,y en muchas ocasiones, con las responsabilidades organizativas de cualquier actividad escolar y extraescolar. Por tanto, es más sensato plantear actividades y situaciones de aprendizaje menos “espectaculares” y más realistas, aunque puedan parecer sencillas, en el fondo, estas son las que ellos asocian con perfiles de éxito, por ser más aplicables al aula.