Apego
El apego hacer referencia a la relación afectiva que se establece entre dos personas y que se caracteriza por ser estable y duradera. El vínculo que se crea entre estas dos personas proporciona seguridad, cariño, bienestar y protección.
El apego entre los progenitores y el niño se produce cada vez que estos atienden a sus necesidades. No se forma en poco tiempo, sino que se desarrolla desde el nacimiento hasta que son adultos.
El apego será mucho más fuerte con la persona que pase el mayor tiempo con el niño. Le proporcionará seguridad en momentos donde se sienta amenazado.
Si este es seguro, permitirá al niño explorar el mundo que le rodea y relacionarse con otros con la total seguridad de que alguien estará ahí para protegerlo.
El apego que se ha creado tiene un vínculo fuerte y esto como vemos favorecerá la autonomía del niño.
Hay distintos tipos de apego según la teoría desarrollada por Mary Ainsworth y John Bowlby en la década de 1950, para ellos el apego es la forma específica en la que cada uno de nosotros nos relacionamos con los demás.
El tipo de apego que adquiramos durante nuestra infancia va a determinar en gran medida la forma en la que nos relacionaremos con los demás en nuestra vida adulta, y el tipo de vínculo que estableceremos.
Existen básicamente cuatro tipos de apego:
- Apego seguro. Es el ideal y el más sano. Se da cuando el apoyo y el amor de los padres es incondicional. El niño se siente seguro en cualquier ambiente, ya que sabe que estarán siempre ahí para protegerlo.
Para que se produzca, es importante que los progenitores o la persona cuidadora, se preocupe no solo de satisfacer sus necesidades básicas sino por establecer un vínculo comunicativo y mostrarse atenta.
Supone una entrega total.
El niño con este tipo de apego se siente querido, valorado y cuidado. Esto repercutirá positivamente en él siendo más activo, no tiene miedo a relacionarse con el medio ni personas que le rodean y no tienen miedo al abandono.
- Apego ansioso. Este tipo de apego se caracteriza porque el niño no confía en el cuidado de sus progenitores o cuidadores y esto le crea una fuerte inseguridad. No se han creado vínculos firmes y la crianza que se ha llevado a cabo, no ha estado en sintonía con las necesidades del niño.
La figura de sus cuidadores o progenitores no ha sido estable, unas veces muy atentos y cariñosos y en otras demasiado distantes. No se ha sido contante a la hora de forjar el vínculo.
Sienten miedo en las separaciones y cuando vuelve el progenitor le cuesta calmarse. Necesita constantemente la aprobación de este, vigilan no ser abandonados y la forma en la que se relaciona con su entorno es insegura, temerosa y sin alejarse mucho.
De adultos sufrirán mucha dependencia emocional.
- Apego evitativo. Los niños asumen que no pueden contar con sus progenitores o cuidadores para satisfacer sus necesidades. Esto les provoca dolor y sufrimiento. Es por ello, que tienden a tener conductas de distanciamiento. Los progenitores o cuidadores son demasiado estrictos, distantes a nivel emocional y casi nunca presentes. Estos normalmente esperan que el niño actúe con independencia y en ocasiones los ignoran o no prestan atención antes necesidades básicas o emocionales.
Este tipo de apego tiene como consecuencia, adultos demasiado independientes, dificultad para relacionase y evitan tener intimida con otros.
- Apego desorganizado. Los progenitores o cuidadores han mostrado conductas de cuidados negligentes y que provocan una fuerte sensación de inseguridad en los niños. Se da en casos de abandono o maltrato. No siente confianza ninguna en sus progenitores o cuidadores y en otras ocasiones miedo o terror.
Puede verse como una mezcla de los dos tipos anteriores, con comportamientos que se contradicen o inadecuados.
Son impulsivos, destructivos, no han aprendido a expresar y gestionar sus emocione de forma correcta, dificultades para relacionarse y entenderse con sus progenitores o cuidadores.
Se podría decir que son niños que no han forjado ningún vínculo, el apego el nulo e inexistente.
Esto se traducirá en adultos que evitan las relaciones y la intimidad emocional. Pero a la vez es lo que más querían. También puede darse que se embarquen en relaciones, pero estas sean tóxicas y conflictivas.