Educación inclusiva
La educación inclusiva es uno de los derechos humanos más importantes, ya que la inclusión tiene un papel fundamental tanto en la sociedad como en las escuelas, pero para lograrla en todos los países, es necesario un gran cambio y una transformación de la sociedad. Asimismo, es necesario aceptar a todas las personas como iguales sin excluir a nadie en ninguno de los ámbitos que conforman la sociedad, lo que se considera igualdad de condiciones y de oportunidades. Por ello, en la escuela se han creado las comunidades de aprendizaje, que son modelos educativos basados en los principios y prácticas de inclusión e igualdad.
Dentro de las escuelas, la inclusión educativa es un proceso orientado a recibir una educación de calidad, en la que su proceso de aprendizaje y convivencia se sitúe en un plano de igualdad. En la actualidad, en España la educación es obligatoria desde los 6 hasta los 16 años, es decir, desde la etapa de Educación Primaria hasta la etapa de Educación Secundaria Obligatoria. No obstante, hay países en los que no todo el mundo asiste a la escuela ni tiene una educación digna ni de calidad, ya que viven en países subdesarrollados o en zonas de conflicto.
Según, una base de datos del Instituto de Estadística de la UNESCO (2017) en el año 2015, más de 264 millones de niños, adolescentes y jóvenes no estaban escolarizados y en el año 2000, más de 374 millones, especialmente en el segundo ciclo de enseñanza secundaria. Por la falta de escolarización millones de personas están perdiendo la oportunidad de aprender conocimientos y competencias importantes para su futuro.
La educación inclusiva es una educación para todos, que atiende a las necesidades de cada persona. Además, se caracteriza por un sistema de valores democráticos, incluyentes y llenos de diversidad (participación, equidad, amor, comunidad, etc). Los organismos, las instituciones, las políticas y las asociaciones favorecen la educación inclusiva.
Los términos inclusión y calidad están muy relacionados, especialmente en educación. Por ello, para que una escuela sea inclusiva es necesario que haya calidad, para que todos los sistemas educativos sean integradores, así se podrá lograr y fomentar buenos resultados académicos, actitudes, valores, creatividad, habilidades cognitivas e interpersonales.
En la actualidad, la exclusión afecta a ciertos grupos con unas características concretas y no solo en el ámbito laboral, sanitario y comunitario, también se produce esta exclusión en el ámbito educativo, alguno de estos grupos son: minorías, personas con discapacidad, pobreza y marginalidad.
¿Cómo podríamos fomentar la educación inclusiva en el ámbito escolar? Lo principal es disminuir y acabar con la desigualdad en los centros escolares. Además, el sistema educativo necesita cambios curriculares, especialmente en las distintas estructuras organizativas. Otro de los cambios necesarios para una educación inclusiva, es la actualización de la formación docente, ya que necesitan nuevas competencias, técnicas y herramientas, ya no solo para que su función docente sea más efectiva sino para mejorar los métodos de aprendizaje en el aula. El sistema educativo no se debe centrar únicamente en los conceptos y competencias de las asignaturas de lengua, ciencias o matemáticas, se deberían de trabajar otros aspectos importantes como la creatividad, el autocontrol, los valores inclusivos y las emociones.
Es necesario eliminar todas las barreras de aprendizaje y educar en cultura de paz, haciendo valer los derechos humanos propios y los de los demás, así se podrá ir eliminando la desigualdad de oportunidades educativas. Por ello, es necesario una formación docente centrada en la atención a la diversidad y metodologías inclusivas, ya que la inclusión permite trabajar en el aula sin discriminación y aumentando los valores humanos entre iguales, dejando de lado las diferencias.