Educación integral
La educación integral se refiere a una educación que busca desarrollar de manera equilibrada las dimensiones cognitiva, emocional, social y física de una persona, con el objetivo de formar individuos plenos, conscientes y capaces de enfrentar de manera crítica y creativa las demandas del mundo actual, así como la de construir vinculaciones sanas y positivas consigo mismo y el entorno.
Esta concepción de educación parte de una comprensión holística del ser humano, en las que se reconoce tanto las necesidades intelectuales o académicas, como las físicas, las sociales, y las emocionales o afectivas, de cada individuo en particular. Es por ello por lo que este enfoque no contempla la trasmisión de una enseñanza de contenidos meramente académicos, sino que también busca el desarrollo personal y social de los estudiantes.
En este sentido, el rol del educador adquiere un papel clave y fundamental para que sea posible y pueda llevarse a cabo, ya que debe ser un facilitador del aprendizaje que propicie ambientes de confianza y respeto, fomentando la participación activa de los discentes en su propio proceso educativo, al mismo tiempo que se les orienta en el descubrimiento de sus habilidades y potencialidades. Así pues, una formación completa e integral perseguirá desarrollar un modo de pensamiento y comportamiento asertivo, crítico, constructivo, responsable y libre.
Tal y como se ha comentado, los cuatro ejes principales por las que se rige este tipo de educación, es la enseñanza en:
- Habilidades académicas: Estas se refieren al conjunto de competencias y capacidades que permiten a los estudiantes tener éxito en su entorno educativo. Están relacionadas con la adquisición de conocimientos, la comprensión de conceptos, el razonamiento lógico, la resolución de problemas y la expresión efectiva de ideas. Se consideran fundamentales ya que les permiten adquirir y aplicar conocimientos de manera efectiva, desarrollar el pensamiento crítico y enfrentar los desafíos académicos con confianza.
- Habilidades físicas: Son aquellas capacidades y destrezas relacionadas con el movimiento y el desarrollo físico de una persona. Estas habilidades se consideran que son fundamentales ya que contribuyen al bienestar físico, a la salud integral (salud mental y física), al desarrollo motor y a la adquisición de competencias relacionadas con el deporte y la práctica de actividad física.
- Habilidades sociales: El desarrollo de estas capacidades permiten a los individuos interactuar de manera efectiva y satisfactoria con los demás en diferentes contextos sociales, promoviendo así la inteligencia emocional, la empatía, la comunicación efectiva y la construcción de relaciones saludables. La transmisión de ellas en el aula es esencial, ya que favorece el desarrollo de relaciones positivas, la resolución de problemas sociales, el éxito personal y profesional, y el fomento de un ambiente de convivencia armonioso.
- Habilidades emocionales: o también conocidas como competencias emocionales, son las capacidades que permiten a las personas comprender, expresar y gestionar sus propias emociones, así como también reconocer y responder adecuadamente a las emociones de los demás. Estas habilidades son fundamentales en la educación integral, ya que promueven el bienestar emocional, la autorregulación, la empatía y las relaciones saludables dentro del entorno escolar.
Para conseguir propiciar el aprendizaje de estos aspectos, es necesario a su vez, que la educación tenga como base la transmisión de unos principios y valores. Concretamente, se pueden destacar aquellos como el respeto, la solidaridad, la tolerancia, la responsabilidad, la empatía, la honestidad, la disciplina, y el esfuerzo. Esto implicaría, por tanto, una educación en ciudadanía que apoya el fomento de las competencias cognitivas y socioemocionales para el diálogo, la negociación, el cuidado y la defensa de los bienes comunes y derechos asertivos.
En resumen, la educación integral es una educación que busca formar individuos plenos, capaces de enfrentar de manera crítica y creativa las demandas del mundo actual, a través del desarrollo equilibrado de sus dimensiones cognitiva, emocional, social y física. Para ello, requiere de educadores comprometidos en crear ambientes de aprendizaje seguros, en los que los estudiantes puedan desarrollar habilidades para la vida, valores y competencias ciudadanas, que les permitan ser responsables y comprometidos consigo mismos y con los demás.