Hecho educativo
El hecho educativo se relaciona con la capacidad que tiene el ser humano de obtener y compartir los conocimientos. Es un proceso que se produce en nuestra sociedad como consecuencia de la interacción social entre las personas, a través del cual desarrollamos facultades físicas, intelectuales y sociales.
El autor Ruiz (1978a, p.17) en su obra Fundamentos y fines de la educación, define el concepto de hecho educativo como “el encuentro entre la naturaleza de un sujeto al que llamamos educando y factores extrínsecos que inciden sobre ella, adentrándose, simultánea y sucesivamente, y resultando, de aquel encuentro, misteriosas modificaciones cualitativas que afectan al sujeto en su misma condición de hombre”.
Se puede establecer que es una práctica de ámbito social natural del ser humano esencial para poder adquirir conocimientos y aptitudes para nuestro funcionamiento como persona en la sociedad.
En el hecho educativo intervienen muchos aspectos como el docente, el alumno, la interacción bidireccional entre ambos, el contexto en el que se desarrolla…; pero los tres fundamentales son el estudiante, el profesor y los contenidos. Este proceso de enseñanza-aprendizaje pretende que las personas sean capaces de adquirir conocimientos, trasmitirlos, intercambiarlos; todo ello mediante el desarrollo del conjunto de habilidades personales a nivel intelectual, físico y moral.
Es un proceso en el que se da la enseñanza (el docente despierta conocimientos en forma de habilidades, contenidos o destrezas en el alumnado) y el aprendizaje (el alumno capta y elabora los conocimientos), siendo siempre parte, ya que no puede haber alguien que enseña sin nadie que aprenda y viceversa. Todos somo educados y educamos, resaltando los términos de educabilidad y educatividad.
La educabilidad es la acción de aprender, cuando recibimos influencias educativas de otros. Es un acto que ha existid y existirá siempre, porque las personas nos encontramos siempre en un estado de constante por querer mejorar. Sin embargo, la educatividad significa ejercer influencias educativas sobre los demás: el acto de enseñar, aquel que nos permite adquirir y compartir conocimientos.
No todo el resultado de la interacción del alumno y el profesor puede ser considerado como un hecho educativo. Para ello, los conocimientos nuevos que adquiere el alumno deben ser capaz de transformarlos y aplicarlos en su vida.
Dos son los sentidos del hecho educativo: amplio y restringido. En el primero de ellos, se refiere a un proceso en el que el individuo desarrolla habilidades socio culturales para desenvolverse en nuestra sociedad, en convivencia. Es un procedimiento de interacción social y global, en el que se desarrollan las facultades físicas, intelectuales y morales de una persona. Este sucede de manera constante, ya que se produce como parte de seres que vivimos en sociedad, debido a la interacción.
El sentido restringido hace referencia a acto puramente pedagógico, en el que el proceso de enseñanza-aprendizaje es lo único que se da: el estudiante adquiere actitudes conforme a las normas establecidas para su introducción en nuestra sociedad. Se crean y comparten conocimientos. Por otro lado, de manera estricta también puede considerarse como una actividad política, ya que asume elementos sociales y justifica algunas situaciones o acciones, establece maneras de pensar y actuar dentro de nuestra ciudadanía.
En definitiva, el mayor objetivo del hecho educativo es conocer la realidad en la que vivimos para poder modificarla o reproducirla.