Mejora continua
La mejora continua puede extenderse en diferentes ámbitos de la educación, sin embargo, es clave destacar que este concepto se orienta de manera directamente proporcional a la propia calidad educativa, desde una panorámica de naturaleza humanista.
Ahora bien, se hace relevante plantear en qué ámbitos se ve inducida la mejora continua. Por ende, en primer lugar, destacamos la vertiente que corresponde a la mejora continua de las instituciones educativas, por otro lado, la mejora continua de los agentes educadores y finalmente, el papel de la mejora continua en el alumnado y su propio aprendizaje.
- La mejora continua de las instituciones educativas: las instituciones de los diferentes ciclos de formación deben realizar procesos de mejora, con el fin de crear ambientes de calidad. Estas mejoras no solo se basan en los modelos de enseñanza y aprendizaje que se rigen en su propio sistema, si no también, en la propia infraestructura de la institución. Es decir, la mejora continua propone valorar la infraestructura, optando por promover espacios que respeten la diversidad, en materia de necesidades específicas.
- La mejora continua de los agentes educadores: así como la propia institución debe garantizar calidad, los propios docentes y agentes educadores que hagan parte de la comunidad, también deben extrapolarse a procesos de mejora. Un ejemplo cotidiano es el hecho de que los docentes deben formarse en la alfabetización digital, con el fin de crear escenarios o espacios educativos, que funcionen con la ayuda de las nuevas tecnologías de la información. Es imprescindible que este tipo de mejora se efectúe, ya que, la brecha digital existente toma cada vez mayor fuerza.
- La mejora continua en el alumnado: por otro lado, la mejora continua también debe enmarcarse en los procesos de aprendizaje del alumnado. Es decir, se deben crear espacios que promuevan los factores psicosociales que influyen de manera concreta en el aprendizaje.
De hecho, destacando las premisas planteadas por Hernández y Gutiérrez (2012):
La calidad educativa en los centros escolares, como fin sistémico, debería avalar la incidencia del talento docente, la creatividad discente y el conocimiento generado a favor del aprendizaje. La calidad en la educación debería perseguir el propósito de facilitar el proceso de formación académica en instituciones que se proponen forjar una conciencia de vocación y contribución profesional en los alumnos, en aras de enaltecer su calidad humana, por cuanto que proceso de formación académica es el acopio formal de cultura general, fundamentos científicos, argumentos razonados, experiencias dirigidas, valores y principios universales que un individuo debe asimilar y procesar en el afán de generar la sabiduría suficiente para aportar a la sociedad un cúmulo de nuevos conocimientos y/o perspectivas (p.63).
En este sentido, está claro que la mejora continua tiene un propósito global y es generar la preciada calidad educativa, respetando todos los factores que lo conforman. Curiosamente, en España resulta esencial que las instituciones de educación cumplan con unos estándares específicos para certificarse como instituciones de calidad. Un ejemplo concreto es la NORMA ISO 9001 que es básicamente un conjunto de normas que buscan evaluar el control y la calidad de las instituciones de todo tipo, sin embargo, para poder llegar al nivel de acreditación de calidad educativa, es necesario que la institución pase por un proceso de “mejora continua” con el fin de superar esos criterios de evaluación de calidad.
Finalmente, como últimas palabras resulta clave destacar que los diferentes tipos de mejora continua que se han comentado deben fusionarse y trabajar como un equipo. De esta manera, en términos de calidad educativa, se podrá establecer una superación en los diferentes criterios de valoración.