Simulación educativa
La simulación educativa es una técnica de enseñanza que recrea una situación real, normalmente a través de diversos entornos virtuales, para favorecer que la transmisión de los conocimientos se adquiera a través de la experiencia. La simulación educativa imita algunos elementos y situaciones del mundo real con el objetivo de promover tanto la adquisición de conocimientos, como de competencias personales. En las simulaciones educativas, normalmente, la recreación prescinde de algunos elementos o los simplifica para facilitar su aprendizaje.
El proceso de aprendizaje es una actividad muy compleja, influenciada por numerosos elementos. Sin embargo, si acudimos a las definiciones de enseñanza que ofrecen psicólogos y pedagogos encontraremos que la mayoría coincide en entenderla como la adquisición de habilidades y conocimientos a través de la experiencia, es decir, explorando la realidad circundante, interviniendo en ella con nuestra acción y observando los efectos producidos. De hecho, este tipo de aprendizaje es el más natural para las personas y es el mismo que usa el niño cuando explora el mundo que le rodea.
El objetivo de la simulación educativa es precisamente legitimar la experiencia como modo de conocimiento y descubrimiento. A través de la recreación de una situación real, el alumnado será capaz de comprender e investigar el objeto de estudio de manera práctica y significativa, implicándose plenamente. Además, las enseñanzas basadas en la experiencia no solo acercan al alumno a sus realidades inmediatas, sino que también favorecen la adquisición de destrezas y estrategias conductuales.
Entre los principales aspectos positivos del uso didáctico de los modelos está sin duda la de poner en entredicho el carácter absolutamente objetivo de la realidad como “dato” y mostrar cómo el conocimiento se organiza a través de relaciones mucho más complejas. De este modo, el conocimiento no se presenta como una concatenación de datos y hechos pocos relacionados entre sí, sino que el conocimiento aparece a los alumnos como un sistema transversal y manejable.
Aunque aprender a través de la experiencia es la manera más natural de comprender y reflexionar sobre el mundo que nos rodea, en la práctica didáctica, los docentes se encuentran con muchas dificultades para implementar metodologías experienciales. Una de las mayores problemáticas consiste en poner en contacto directo a los alumnos con el objeto de estudio, de modo que pueda, precisamente, adquirir esta experiencia. Esto ocurre cada vez que los docentes intentan trabajar sobre concepto abstractos, cuando hay que observar fenómenos lejanos en el tiempo y en el espacio, cuando el fenómeno a observar es demasiado grande o demasiado pequeño para ser percibido por nuestros sentidos o cuando se produce con demasiada rapidez o demasiada lentitud, etc.
Estas problemáticas se han visto fácilmente solventadas por la introducción de las nuevas tecnologías en los métodos de enseñanza. Por ello, la gran parte de simulaciones educativas se produce a través de dispositivos electrónicos, en los que no solo resulta fácil abordar conocimientos prácticos, sino también conocimientos abstractos. Pero no solo a través de la tecnología podemos poner en práctica una simulación educativa, un buen desempeño docente y una creación organizada de actividades en un entorno adecuado puede resultarnos de gran utilidad para la recreación de situaciones que los alumnos puedan vivenciar en un futuro cercano.
En definitiva, el propósito de la simulación educativa es el de potenciar en nuestro alumnado el pensamiento crítico y fortalecer su estructura mental con habilidades y destrezas personales que le sean de utilidad en su día a día. Asimismo, es una herramienta fundamental para trabajar con nuestros estudiantes la resolución de problemas o la toma de decisiones.
Además, la motivación de los alumnos en las simulaciones educativas se acrecienta si la comparamos con los métodos de enseñanza más tradicionales. Por supuesto, en las simulaciones educativas la implicación del alumno con el objeto de estudio es mucho mayor provocando pensamientos y sentimientos de mayor profundidad en sus participantes.