La posibilidad de una EBAU única
La prueba de acceso a la universidad (conocida actualmente como EBAU) vuelve a ser motivo de disputa en el Parlamento español. Esta vez, ante el anuncio del presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, de sus intenciones de implantar una misma prueba para todas las comunidades autónomas gobernadas por el mismo. En concreto, 11 de 17.
"No tiene sentido tener 17 pruebas" es lo que ha argumentado Feijóo para respaldar su propuesta, que quiere ver implantada el próximo 2025, lo que se traduce en un cambio de última hora en el currículo de quienes han comenzado este año el primer curso de Bachillerato. “Este sistema marcará un antes y un después en la política educativa descentralizada en las comunidades autónomas, con unos nexos de unión en igualdad de acceso a la universidad en todo el territorio español”, ha versado.
La noticia ha sido acompañada de un rechazo inmediato por parte de expertos y de la oposición. Pilar Alegría, ministra de Educación, Formación Profesional y Deporte, ha denominado esta propuesta como "frívola", y ha recordado que el Partido Popular "abandonó los grupos de trabajo y la prueba piloto de la nueva Selectividad que el Ministerio de Educación realizó el año pasado".
Los aspectos a tener en cuenta
En una etapa dominada por el estrés, la incertidumbre y los nervios por entrar a la carrera y universidad deseada, si es que a la temprana edad de 16 años se ha descubierto ya la vocación, habría ahora que hacer lugar para la confusión que supondría este cambio tanto para alumnos como para docentes. Siempre y cuando llegue a ser posible.
La dificultad que traería consigo el hacer realidad esta propuesta no es sorpresa para nadie, pues las propias comunidades autónomas tienen competencias respecto a los contenidos del temario, algo "irrevocable" según el Tribunal Constitucional. Tampoco lo mejoraría el hecho de la desigualdad entre comunidades en lo que respecta a ratios de alumnado por clase o recursos educativos. Por no hablar de lo que supondría la gran movilización de personas a la que obligaría la realización de una prueba simultánea en las comunidades afectadas (Andalucía, Aragón, Baleares, Cantabria, Castilla y León, Comunidad Valenciana, Extremadura, Galicia, La Rioja, Comunidad de Madrid y Región de Murcia), cuando hasta ahora el calendario ha diferido según las necesidades de las mismas.
Las segundas lenguas oficiales en España
Además, habría que tener en consideración los exámenes de segunda lengua oficial, que no están en todas las comunidades. Enric Prats, profesor de la Facultad de Educación en la Universidad de Barcelona, que señala que, por ejemplo, “las diferencias entre la educación en Andalucía y Galicia o Murcia y la Comunidad Valenciana son múltiples, pero, entre ellas, destaca el uso de una segunda lengua en algunas y en otras no”.
Expertos aseguran que se necesitarían al menos dos años para conseguir este cambio de manera efectiva, pues habría que modificar los libros de texto utilizados por los alumnos, "aumentando así el número de afectados en la cadena". Además, ¿qué pasaría entonces cuando, años después, gobierne otro partido en esas mismas comunidades?
Para el Sindicato Independiente de Docentes de la Enseñanza Pública, la educación "se ha convertido en un campo de batalla de primer nivel en el plano político e ideológico". La vicepresidenta del sindicato, Sonia García, se ha lamentado que la propuesta de Feijóo "no va a solucionar el problema global de la educación, puesto que aún quedan comunidades fuera".
En definitiva, cambiar a última hora los planes del 70% del estudiantado del país que opta a examinarse por la EBAU supondría un enorme gasto en todos los sentidos, especialmente en el económico y en el que respecta a la salud mental de alumnos y equipo docente. La mejora de las condiciones en materia de Educación para la superación de los retos actuales debería ser siempre una prioridad, aunque siempre a tener en cuenta las posibles consecuencias de cada decisión tomada, y sin usar el futuro de los estudiantes como arma política.