La figura del psicólogo escolar
Se calcula que más de la mitad de los menores de edad españoles tiene problemas de salud mental sin diagnosticar o tratar. Ello, sumado a las largas listas de espera para obtener cita con el psicólogo por la vía de la sanidad pública, supone una gran preocupación para la comunidad docente.
Como norma general, se ha prescindido de la figura del psicólogo escolar en los centros educativos, o no se le ha dado tanta importancia como realmente merece. Los docentes no reciben una formación tan completa en el ámbito de la psicología infantil como para poder atender de forma adecuada y constante a aquellos alumnos que lo necesiten, por lo que la presencia de un experto que cuente como figura de ayuda tanto para menores como para profesores es fundamental para la mejora del ambiente tanto a nivel individual como general.
Al ser cada vez más conscientes de esta necesidad, se está comenzando a implantar la terapia dentro de la escuela. Se trata de proyectos piloto para prevenir, formar y tratar con tal de que todo alumno que lo necesite reciba una atención adecuada a su salud mental.
El mejor apoyo para alumnos y familias
El psicólogo escolar desempeña un papel crucial en ofrecer apoyo integral a los alumnos, a las familias y al personal educativo. Entre sus funciones se encuentran la evaluación y diagnóstico de desafíos académicos, emocionales o sociales, la implementación de intervenciones individuales o grupales, y la colaboración estrecha con padres y maestros para desarrollar estrategias de apoyo.
Además, brinda orientación académica y vocacional, implementa programas de prevención y educación sobre temas relevantes, maneja crisis emocionales, y trabaja en el desarrollo de habilidades socioemocionales. El psicólogo escolar también contribuye a la creación de un ambiente escolar positivo, facilita adaptaciones para estudiantes con necesidades especiales, y actúa como recurso para orientar a padres sobre estrategias de crianza y manejo de conflictos familiares. En conjunto, estas funciones buscan promover el bienestar emocional, el rendimiento académico y un entorno educativo saludable.
El rol del psicólogo en el aula
El papel del psicólogo en el ámbito educativo es multifacético, como ya hemos explicado. Se involucra en el proceso de ayuda de principio a fin, cumpliendo con una serie de funciones clave dada su formación.
Funciones del psicólogo escolar
De entre todas las funciones que puede realizar un psicólogo escolar en el centro, encontramos dos imprescindibles respecto a los alumnos:
- Evaluación psicológica para prevenir y diagnosticar: tanto a nivel colectivo como individual, el psicólogo escolar tratará de diagnosticar cualquier tipo de trastorno de la salud mental o del comportamiento, así como detectará las necesidades educativas del grupo.
- Implementación de programas de intervención psicológica: además de evaluar, el psicólogo puede realizar con los alumnos actividades vinculadas a la intervención. Este término es algo ambiguo, ya que puede abarcar tareas de educación, enriquecimiento, prevención, corrección, rehabilitación, modificación, estimulación, mejoría, terapia, entrenamiento, tratamiento…
Además, hay algunas funciones clave enfocadas a los docentes:
- Información diagnóstica: siempre respetando la confidencialidad, el psicólogo aporta a los docentes información sobre capacidades intelectuales, estrategias cognitivas de aprendizaje, personalidad o dificultades de aprendizaje con tal de ayudar a los alumnos.
- Asesoramiento y colaboración: el psicólogo escolar colabora en el análisis de las diferentes situaciones y sus posibles soluciones.
- Formación: puede organizar charlas, debates y reuniones para informar a los docentes, poner en común ideas y estrategias de ayuda y con ello mejorar el ambiente laboral.
- Investigación: el psicólogo puede conducir estudios de investigación con diversas metodologías (experimentales, correlacionales, cualitativas, etnográficas...), en colaboración con los profesores respecto a diversos temas de la Psicología Educativa.
Todas ellas pueden redirigirse también para la ayuda de aquellos padres de alumnos con necesidad de intervención psicológica, especialmente en lo referido a la información, asesoramiento y formación. Una vez terminado el horario escolar, los menores pasan la mayoría de su tiempo libre en el hogar, por lo que saber cómo actuar y enfocar la situación concreta de cada familia es fundamental para su mejora.
La importancia del diagnóstico
La incertidumbre que los alumnos pueden sentir al no saber cuál es el origen de su posible malestar acarrea consecuencias como un bajo rendimiento académico, un comportamiento hostil en el aula o en el hogar, o incluso puede llegar a medidas extremas como el suicidio.
Un correcto diagnóstico a tiempo puede evitar estas situaciones. Con una evaluación integral, colaboración de todas las partes y un correcto seguimiento, las cifras de jóvenes con ideas autolesivas o síntomas de depresión puede disminuir de forma considerable.
Por ello, entendemos que el psicólogo escolar actúa como un recurso valioso para la comunidad educativa al abordar las necesidades emocionales y académicas de los estudiantes, promoviendo un entorno escolar saludable y facilitando la colaboración entre padres, maestros y otros profesionales.