Las consecuencias del TDAH sin tratamiento
El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad, también conocido como TDAH, es ese gran invisible que muchos disfrazan como "mal comportamiento" o "falta de estudio" a la hora de referirse a un niño que manifiesta estos síntomas, ya sea en la escuela o en casa.
Sin embargo, la realidad es que se trata de una afección médica que repercute en la actividad cerebral, traduciéndose principalmente en dificultades en la atención, la concentración, el control de los impulsos y la regulación del comportamiento. No es que el niño sea un maleducado, sino que la sociedad tiende a rechazar aquellas maneras de ser que se salen de "la norma", cuando realmente todo se debe a factores biológicos, en este caso.
El TDAH: la clave para detectarlo
Como individuos independientes, no siempre se sigue un mismo patrón exacto a la hora de detectar cualquier condición o trastorno, pero sí que hay varias características que la mayoría de personas pueden compartir. ¡Te las contamos!
Las mayores señales
Hay ciertos comportamientos comunes en niños con TDAH que pueden ser las primeras señales antes del diagnóstico. Como por ejemplo:
- A menudo se distrae con facilidad
- Suele olvidar hacer las tareas del colegio
- Tiene problemas para organizarse
- No es capaz de mantener la atención durante una conversación
- Habla mucho, e interrumpiendo en las conversaciones. Le cuesta esperar su turno
- A menudo se mueve nerviosamente o deja su asiento cuando no corresponde
Ten en cuenta que todos los niños se distraen en algún momento. Que ocurra de manera puntual no es motivo de alarma, pero si resulta algo recurrente es conveniente mantenerse atento a otras posibles manifestaciones del trastorno.
La importancia de tratar el TDAH
El TDAH requiere tratamiento, y cuando este no se recibe de manera adecuada, puede resultar en algunas dificultades para el niño. Entre ellas, dificultades relacionadas tanto al ámbito escolar como al personal. Por ejemplo:
- Fracaso escolar
No prestarle la suficiente atención al trastorno puede suponer limitaciones de cara al éxito del menor en la escuela. Un TDAH sin tratar supone un descenso del rendimiento académico, con las correspondientes consecuencias, como repeticiones de curso o abandono de los estudios.
- Vida social
Los niños con déficit de atención e hiperactividad son susceptibles de tener menos amigos, y relaciones de corta duración. Esto puede conducir a cuadros de depresión, sobre todo si sus compañeros no comprenden las circunstancias a la hora de relacionarse con ellos.
- Otras complicaciones
El TDAH no es solo cosa de niños. Llegada la adolescencia, si no han recibido un tratamiento adecuado, estos jóvenes tienen más riesgo de empezar a fumar, beber alcohol y consumir drogas. Y no solo eso, puesto que se pueden dar casos como embarazos a edades tempranas, accidentes de tráfico o menor progresión laboral o retención de un empleo.
Por ello, la importancia de tratar de manera correcta el TDAH: para poder brindarle al menor una vida plena y activa que no limite sus relaciones sociales ni repercuta negativamente en su futuro.
El tratamiento
El tratamiento del TDAH puede implicar una combinación de enfoques que incluyen terapia a diferentes niveles y, en algunos casos, medicación. Estas terapias pueden ser:
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Terapia conductual: la terapia conductual puede ayudar a las personas con TDAH a desarrollar habilidades para manejar los síntomas, mejorar la autoestima, la autoorganización y la autorregulación. Esto puede incluir técnicas de manejo del tiempo, establecimiento de metas, técnicas de estudio y estrategias para mejorar la atención y la concentración.
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Intervenciones educativas: los niños con TDAH pueden beneficiarse de adaptaciones educativas en el entorno escolar. Ello puede incluir modificaciones en la estructura del aula, asignaciones específicas adaptadas a sus necesidades, tiempos de descanso o pausas para moverse, y la implementación de estrategias de enseñanza que ayuden a mantener su atención.
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Apoyo psicosocial: el apoyo psicosocial, que puede incluir la terapia familiar o el apoyo de grupos de pares, puede ser beneficioso tanto para los niños como para los adultos con TDAH. Proporcionar un ambiente de apoyo y comprensión puede ayudar a reducir el estrés y mejorar la capacidad para manejar los desafíos asociados con el trastorno.
En el caso de la medicación, los medicamentos más recetados son estimulantes que pueden ayudar a mejorar la atención, la concentración y el control de los impulsos. También hay medicamentos no estimulantes que pueden ser recetados en algunos casos.
Es importante destacar que el tratamiento del TDAH debe ser individualizado y adaptado a las necesidades específicas de cada persona. Un enfoque multidisciplinario que involucre a médicos, terapeutas y familiares suele ser el más efectivo para manejar este trastorno.
El papel de los profesores es también imprescindible para un tratamiento eficaz. Hay quienes optan por especializarse en TDAH, trastornos del aprendizaje y de la conducta para poder ofrecer un mayor apoyo a sus alumnos.
¡Prejuicios fuera!
Que una persona se comporte de manera "diferente" a los demás, no es motivo para hacerle sentir excluido. Independientemente de cada caso particular, todos merecemos las mismas oportunidades en un mundo plural, lleno de las diversidades que nos enriquecen como humanos.
Mediante la información, la comprensión, la educación respetuosa y el mantener la mente abierta, se debe luchar por que todos encuentren su lugar en la sociedad, sin verse afectado por ninguna condición.