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La filosofía de educación como fundamento teórico de la teoría educativa

La filosofía de educación como fundamento teórico de la teoría educativa
Red Educa

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Mar, 27/08/2024 - 11:06

Artículo publicado en el "Concurso Educando" de 2017 redactado por Omelio Rivero Villavicencio

RESUMEN

La dirección del proceso docente ­ educativo parte del complejo proceso de planificación que tiene como misión la  determinación  de  los  objetivos y los contenidos del proceso  de organización que determina las formas, medios y métodos a emplear.

La planificación debe se sustenta sobre la base de fundamentos teóricos  donde los filosóficos sirven de base y guía orientadora a los fundamentos: pedagógicos, psicológicos  y sociológicos. El  presente trabajo  tiene  como  objetivo  demostrar  el  papel  rector  de  la filosofía  de  la  educación  entre  los  fundamentos  teóricos  de  la  teoría  educativa.  Así  se explica  la  posición  filosófica  que  va  a  estar  presente  en  todo diseño  curricular  y  develar que  la educación  tiene  lugar a través de la formación de la subjetividad desde  lo objetivo  y  la formación de la individualidad desde lo social así como a través de la conceptualización de  qué  es  el  hombre, qué lugar ocupa  en  la  sociedad  lo que  permitirá  definir  el  modelo  de  hombre  a formar, el  modelo de  educación  y  el  modelo  de  escuela.  Además,  las  funciones  de la filosofía de la educación permitirá establecer los fundamentos pedagógicos,  psicológicos y sociológicos y brindar una  concepción  de  la  vida  y  del  ideal  del  hombre que  se  quiera alcanza

INTRODUCCION

La  dirección  del  proceso  docente ­ educativo establece la  estructuración de  un  proceso  de planificación  y  organización,  jugando  estas  funciones  un  papel  significativo, lo  que deberá  hacerse  con  un  carácter  científico  y  con  un  fuerte  sustento  pedagógico  que permita desarrollar por esa vía la ejecución y control del mismo (1)

De  esta  forma,  “la  planificación  del  proceso  docente ­ educativo  se  corresponde  con  la determinación  de  los  objetivos  y  contenidos de  la  organización y de  la  precisión  de  las posibles formas, medios y métodos a emplear” (2).

El  diseño, por lo tanto, debe sustentarse sobre  la  base  de  fundamentos  teóricos pedagógicos, psicológicos y sociológicos, así como de otros fundamentos teóricos como la epistemología curricular y de la ciencia en particular que se imparta. Pero los fundamentos  anteriores  no  tendrían  una  base  científica  si  estos  no  prevé  los fundamentos  filosóficos  que  expresan  la  concepción  científica  del  mundo,  es  decir,  la forma de pensar e integrar la realidad.

Estos fundamentos deben estar sustentados por el materialismo dialéctico, que estudia el nexo universal  y el desarrollo del mundo material, donde se aborda el objeto de estudio teniendo  en  cuenta  la  interconexión  e  independencia  de  los  fenómenos  que  rodea  y  se considera  la  ciencia  sobre  las  leyes  más  generales  de  cualquier  movimiento  que  tiene lugar en la naturaleza, en la sociedad y en el pensamiento.

“La filosofía expresa los conocimientos del más alto grado de generalidad que tiene una base objetiva en el conocimiento científicamente corroborado,  y que entre la diversidad de objetos, fenómenos  y procesos que conforman el mundo  material, existen  elementos comunes   que   al   ser   generalizado   conforman   los   contenidos   de   las   estructuras conceptuales de la filosofía (3).

Pero la filosofía  no puede resolver todos los problemas de la pedagogía, por lo tanto, al entrar  en  contacto  la  filosofía  con  la  pedagogía,  surge  la  filosofía  de  la  educación,  que es la disciplina teórica que fundamentará el proceso educativo al servir de base y guía a la   teoría   educativa,   así   como   de   base   a   los   otros   fundamentos   psicológicos   y sociológicos que deben aparecer en todo proceso docente educativo.

Así, el diseño del proceso educativo se realiza en muchas ocasiones de forma asistémica y  sin  ningún  fundamento  científico,  pero  en  el  caso  de  que  apareciesen  fundamentos, estos  nunca  han  sido  los  fundamentos  filosóficos,  que  constituyen  los  fundamentos primarios  parta  diseñar  y  ejecutar  cualquier  proceso  educativo,  sino,  cuando  más,  se hace  referencia  a  los  fundamentos  psicopedagógicos  y  casi  siempre  los  encargados  del diseño,  lo  que  hacen  es  nombrar  la  filosofía  dialéctica materialista  como  su  base científica para mostrar su partido, pero este hecho nos trasciende, ya que no se conoce el papel  que  desempeña  la  filosofía  de  la  educación  en  el  diseño  y,  por  lo  tanto,  en  la ejecución y el control del proceso educativo.

 DESARROLLO

“La  filosofía  de  la  educación”  ofrece  la  brújula  orientadora,  la  guía  teórica  necesaria para no perder el rumbo en el misterioso drama de enseñar y se aprender” (4).

A  partir  de  las  reflexiones  de  este  autor  se  hace  necesario  conocer  la  filosofía  de  la educación  para  poder aplicar  la  misma  en función de lograr una calidad superior en el proceso educativo y  poder  lograr  una  teoría  educativa coherente  que    permita  llevar  a  vías de hecho un  proceso  de  enseñanza ­  aprendizaje  con eficiencia  y  calidad  para de esta manera cumplir  los  objetivos  de  formar  y  desarrollar  a  un  estudiante integral  acorde  con  nuestro  tiempo  y  a  los  tiempos  que  se  avecinan,  por  lo  que  la filosofía  de  la  educación  constituye  la  estrella  polar  del  acto  educativo  al  servir  de orientadora a la teoría educativa” (5).

Cuando se inician estudios entorno a la filosofía de la educación se aprecian múltiples posiciones conceptuales alrededor su definición, sin embargo, en la actualidad existen dos polémicas en torno a este problema.

  • La   primera    concibe   la   filosofía   de   la   educación   como   una   disciplina autónoma, pero en estrecha relación con otras disciplinas de las ciencias sociales. Este  enfoque  induce a  que  la  filosofía  se  aleje  un  tanto  de  la  educación,  es  decir,  que  se distancia  de  la  misma,  pero  que  trata  de  fundamentar  la  educación  en  un  pensamiento orgánico y sistémico.
  • La  segunda  polémica  considera  a  la  filosofía  de  la  educación  como  un componente de la filosofía o pedagogía, que tiene como objeto de estudio a la educación  y recalca que no forma  parte  de  la  pedagogía  tradicional  por  lo  que  se  puede apreciar  que  la  filosofía  de  la educación en este caso se concibe con un objeto de estudio muy  amplio  y constituye una derivación conceptual más o menos sistémica de la filosofía que se aplica en la educación.

En  ambas  polémicas, la  filosofía  de  la  educación  posee  un  gran  peso en  la  valoración  y  comprensión  de  los  problemas  educativos.  Pero  la  filosofía  de  la educación  no  debe  abarcar  todos  los  problemas  de  la  filosofía  ni  tampoco  todos  los problemas de la educación y  la pedagogía, la filosofía de la educación es una ciencia  teórica  limítrofe  entre  la  pedagogía  y  la  filosofía  y  alcanza  el  mayor  grado  de generalización y sirve de guía orientadora a la teoría educativa y a las demás disciplinas de las ciencias de la educación.

La filosofía de la educación  define  su  objeto  de  estudio  a  partir  de  la  interrogante antropológica  y  filosófica.  ¿Qué  es  el  hombre?  Y la posición que se tome ante su educabilidad, que permitirá, a partir precisamente de este, darle solución a las siguientes interrogantes:

  • ¿Qué es la educación?
  • ¿Para qué se educa?
  • ¿Por qué se educa?

Ocurre con mucha frecuencia a la hora de realizar valoraciones, diseños curriculares u otros análisis en torno al proceso de enseñanza aprendizaje que no se tienen en cuenta los fundamentos de la filosofía de la educación. Cometer este graso error sería negar el papel preponderante de esta como teoría educativa en la educación permitiendo una comprensión fundamental, sistemática y crítica del acto educativo.

Los análisis que se realizan en los casos antes expuestos en la mayoría de las ocasiones, solo comprenden lo epistemológico y axiológico en los análisis que realizan no teniendo en cuenta las dimensiones antropológicas y teleológicas en los análisis que realizan.

Cuando los profesores al iniciar el curso escolar realizan el diagnóstico inicial solo realizan comprobaciones de los conocimientos y habilidades que este alumno trae de los grados anteriores, pero en ningún momento realizan comprobaciones de las capacidades psicopedagógicas y las condiciones que este tiene para establecer una estrategia educativa que permita dar seguimiento al diagnóstico inicial y observar la evolución de este durante toda la etapa lectiva. 

La tarea de diagnosticar en teniendo en cuenta todas las dimensiones de la filosofía de la educación le da sentido al acto educativo ya que la  educación  en  el hombre  ocurre  a  través  de  la  formación  de  su  subjetividad desde  lo objetivo y la formación de su individualidad desde lo social y se educa para transformar al hombre en  un  individuo   culto,   e   íntegramente   desarrollado   que   ponga   su individualidad al servicio de la sociedad.

 La  plena  y  verdadera  educación  no  puede  producirse  de  forma  espontánea  ni  tampoco asistémica, sino que se necesita un conjunto de influencias  educativas bien organizadas y  orientadas  con  un  fin  determinado,  que  por  supuesto  debe  partir  del  modelo  de hombre  que  se  quiera  formar  y  de  ahí  el  modelo  de  educación  que  permitirá  entonces conformar el modelo de escuela para poder cumplir con la verdadera misión histórica de la formación del hombre socialista.

Así, la formación de ese modelo de hombre debe surgir a partir de la conceptualización de  qué papel juega  el  hombre  en  la  sociedad,  el  cual  debe  establecerse  para  preservar  y  continuar  su desarrollo multilateral,  lo  que  permitiría conceptualizar  qué  tipo  de  acciones educativas debe recibir  con vistas a  lograr los  fines  educativos para lo cual se necesita definir las tres  interrogantes ya analizadas: ¿qué es la educación?, ¿para qué se educa? ,y ¿por qué se educa?

Una  vez determinadas él qué, el para qué  y  el por qué; dicha determinación  servirá de  orientación  a los docentes  para  precisar los  fundamentos  de  la  pedagogía  y  de  sus  categorías esenciales. Por  lo  tanto,  estas  interrogantes  llevaran  no  sólo  a  definir  la  educación,  qué  tipo  de hombre  se  debe  formar  y  la  razón  de  llevar  a  cabo  dicha  educación,  sino  también  permite  definir  el  modelo  de  hombre  que  se  quiere  o  necesita  alcanzar  y,  de  esta manera, la elección del modelo a implementar en toda estrategia.

Por qué es importante tener en cuenta  las  funciones  que  le  son  interesantes  a  la  filosofía  de  la  educación, a saber:  ­ Función antropológica, ­ Función epistemológica ­ metodológica, ­ Función axiológica, ­ Función teleológica,

  • La función antropológica   precisa determinar el sentido de revelar críticamente los mecanismos del proceso educativo y determina la capacidad intrínseca del hombre para educarse.
  • La función epistemológica­ metodológica analiza minuciosamente el lenguaje usado por el  educador  y  precisa  las  categorías  educativas  y  de  otras  ciencias  educativas   y determina los mecanismos a través de los cuales el hombre obtiene el conocimiento.
  • La  función  axiológica  establece  el  sistema  de  valores  que  se  deben  formar  que  se encuentran en la esencia misma de la naturaleza humana y a los cuales se debe aspirar. La función teleológica indica el fin, el sentido educativo o sea el destino del hombre. Estas funciones que se puedan lograr cumpliendo con las tareas descritas anteriormente, pueden  dar  solución  a  los  problemas  que debe  resolver  la  filosofía  que  están  marcadas en las interrogantes:
  1.  ­ ¿Qué es el hombre?
  2. ¿Qué es la educación?
  3. ¿Cuáles son los fines e ideales educativos?

En la tercera interrogante no aparece explícitamente la función axiológica,  ¿para qué se educa? Relacionadas con la formación de valores, por lo que debemos incluir como otro problema  dicha  función  para  establecer  los  valores  que  se  pretenden  alcanzar  en  la formación  del  individuo  para  que  se  pueda  integrar  a  la  sociedad  y  que  constituye  ha y uno de los problemas fundamentales en la preparación del hombre integral.

Si  se  logra  resolver  o  solucionar  estas  interrogantes,  conociendo  las  funciones  y  tareas, pues entonces se podrá lograr dirigir un     proceso de enseñanza­ aprendizaje fundamentado   filosóficamente,   cuyos  sustentos  servirán   de  base  a   las teorías  pedagógicas,   sociológicas,   y   psicológicas   que   fundamentan   en   el   proceso docente educativo que se pretende ejecutar.

De  esta  forma,  daremos  solución  a  los  problemas  que  debe  resolver  la  filosofía  de  la educación  que  nos  permitirá  fundamentar  filosóficamente  el  proceso  de  enseñanza­ aprendizaje.

Como se plantea  anteriormente,  la  interrogante  antropológica  y  filosófica  ¿Qué es  el hombre?  y  la  posición  ante  la  educabilidad,  permitirá  definir  filosóficamente  qué  es hombre y cómo debe proceder su educación en el sentido más amplio de generalidad.

Así, el hombre es un ser social, producto del desarrollo de la humanidad que cuenta con conciencia,  pensamiento,  sentimiento,  voluntad,  vida  espiritual  y  capacidad  para  usar los  instrumentos  de   trabajo   y   adaptarse   y   transformar   el   medio   circulante   y   su educabilidad  será  posible  solo  a  través  de  la  formación  de  su  subjetividad  desde  lo objetivo y de su individualidad desde lo social.

Esta posición posibilita que el individuo desarrolle su conciencia como un reflejo de la realidad objetiva y se forme como un individuo y, al mismo tiempo, como un ser social. Esta  posición  se  convierte  en  principios  que  estarán  presentes  en  todo  proceso  de enseñanza ­ aprendizaje que se lleve a cabo.

Por lo tanto la segunda  interrogante  ¿Qué  es  la  educación?  estará muy  relacionada  con la  posición  ante  la  educabilidad  y  se  podrá  entonces  definir  la  educación  como  un proceso  organizado de  transmisión  y  asimilación  de  conocimiento,  habilidades,  valores éticos,  convicciones,  modos  de  conductas,  actitudes  de  una  generación  a  otra  con  el objetivo de formar  y desarrollar     una     personalidad integral, plena y multifacéticamente donde  lo  subjetivo  se  forme  desde  lo  objetivo  y  lo  individual  desde lo social.

Se  aprecia  en  la  definición  de  educación  la  posición  materialista  donde  se  resalta  el carácter  primario  de  lo  material   y  el  carácter  secundario  de  lo  ideal  y  donde  la conciencia es un producto de la materia y se concibe como el reflejo del mundo exterior, con  lo  cual  se  asevera  que  la  naturaleza  es  cognoscible.  Además,  se  aprecia  que  el hombre es un ser social producto de las  interacciones que  él  establece, que  le  permitirá conformar su individualidad.

 Ya  que  el  hombre  se  educa  a  través  del  proceso  de  socialización  que  permite  “la apropiación  de  los  contenidos  sociales  válidos   y  sus  objetivización  de  conductas aceptables y a través del proceso de individualización que es de carácter personal donde el  sujeto  procesa  la  realidad  de  manera  particular  aportando  resultados  de  su  propia creación común ente activo” (6)

Esto se puede constatar en el  doble carácter  de la  educación, social e  individual, donde el  individuo  se  apropia  de  la  cultura  legada  por  la  humanidad  a  través  de  una  serie  de influencias sociales para que éste desarrollo sus potencialidades como ser social y donde la  actividad  y  la  comunidad  son  las  condiciones  esenciales  para  que  a  través  de  la comunicación  se  apropie  individualmente  de  los  contenidos  sociales  y  transmita  los contenidos individuales.

El  tercer  problema  a  resolver  lo  constituye  la  interrogante  ¿Cuáles  son  los  fines educativos? Donde se incluyen. De ahí que se pueda plantear lo siguiente.

Se educa para convertir al hombre en un ser pleno, único, armónico y polifacéticamente desarrollado con un conjunto de valores que les permita reconocer que la individualidad a la que él aspira, sólo es gloriosa e útil cuando se pone al servicio de la sociedad.

La  política  educacional  cubana  coincide  en  el  objetivo  que  se  pretende  alcanzar,  es decir,  formar  a  las  nuevas  generaciones  en  la  concepciones  científica  materialista­ dialéctica del mundo donde se forme un individuo libre, culto  y apto para vivir  y  servir a   la   sociedad   con   una   cultura   general   e   integral   mediante   la   educación   medio­ ambiental, la  educación  sexual  y  para  la  salud,  la  educación  jurídica  y  laboral,  la educación  ética,  así  como  la  educación  política,  ideológica  y  patriótica,  que  son  en  fin los  valores  que  deben  desarrollar  el  individuo  para  comportarse  y  vivir  en  sociedad  y servir a los demás.

CONCLUSIONES

La  filosofía  de  la  educación  permite  establecer  los  fundamentos  filosóficas  de  la  teoría pedagógica que sustenta al proceso de enseñanza aprendizaje. Asimismo, la filosofía de la  educación  sirve  de  base  a  los  fundamentos  sociológicos  y  psicológicos  de  dicho proceso.

Dicha  teoría  educativa  tiene  como  guía  orientadora  fundamental  una  filosofía  de  la educación  que  en  nuestro  país  es  marxista,  con  fuertes  implicaciones  martianas  y  con todo lo mejor del pensamiento cubano lo que representa  la unidad  entre el pensamiento universal y nacional (7).

Esta  brinda  una  concepción  de  la  vida  y  el  ideal  de  hombre  que  se  quiere  al  alcanzar, por  lo  que  orienta  la  finalidad  educativa  ya  que  en  el  curriculum  (el  plan  de  estudio) o en el programa de la disciplina deben plasmarse el modelo de hombre o profesional que se aspira lograr en la sociedad y que deben estar reflejados en los objetivos  instructivos y  educativos, donde  se plasman los  valores a crear  y/o reforzar, así como el  sistema de conocimientos y habilidades,   ya  que   el curriculum o programa constituye   una concreción de la educación de los hombres en la sociedad y para la sociedad.

 Esta  fundamentación,  lógicamente,  va  a  estar  presente  en  la  unidad,  en  la clase  y  en  la tarea docente, a  la  hora de diseñar las mismas  y  al  ejecutarlas deben tributar  al  modelo de hombre que se aspira a formar­

De ahí que  la  filosofía de la educación permite dar coherencia a  la teoría educativa con sus  fundamentos  y  su  importancia  radica  en  que  constituye  la  brújula  orientadora,  ya que establece qué es 0la educación, para qué se educa y por qué se educa, a partir de qué es el hombre, de lo que permite definir los demás fundamentos teóricos de la pedagogía y  sus  categorías  esenciales,  así  como los  fundamentos  sociológicos  y  psicológicos  que sustenten el proceso de enseñanza ­ aprendizaje.

Por último, toda teoría educativa debe estar fundamentada por una determinada filosofía del  hombre, “pues de la manera que se  conciba  la  esencia  humana,  así  se  pretenderá formar al hombre en el proceso educativo” (8).

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