La división: técnicas y recomendaciones para su aprendizaje
Las matemáticas han supuesto una pieza clave en el desarrollo de la humanidad a lo largo de la historia, permitiéndonos conocer en profundidad la realidad que nos rodea y desenvolvernos correctamente en la sociedad. Pero, ¿para qué sirven las matemáticas? Sin duda esta es la incógnita protagonista en las aulas durante todo el curso escolar.
Las matemáticas en el sistema educativo
La competencia matemática tiene un papel fundamental en el sistema educativo y su desarrollo es clave para conseguir un desarrollo integral del alumnado. Algunos de los beneficios que hacen patente su importancia son:
- Adquisición del pensamiento analítico: capacidad de comprender, reflexionar y razonar sobre una situación o problema, deconstruyendo la información, obteniendo una solución o llegando a conclusiones.
- Resolución de conflictos.
- Favorece la experimentación e investigación.
- Mejora agilidad mental: nos permite una mejora de la concentración, tomando decisiones de forma más ágil y asimilando mejor los conceptos.
- Fomento del pensamiento crítico.
- Promoción habilidades para la vida diaria: autonomía e independencia.
El equipo docente adquiere un rol de guía, apoyo y acompañamiento en el proceso de enseñanza de estas competencias y por ello, es fundamental la formación en didáctica de las matemáticas, que les permitirá conocer los diferentes modelos o métodos pedagógicos que mejor se adecuen al contexto y características del alumnado.
Una de las operaciones matemáticas básicas en el sistema educativo son las divisiones de una cifra, pero, ¿cómo podemos aprender a dividir por una cifra? ¿Qué técnicas o métodos podemos utilizar? ¿Cómo podemos facilitar su asimilación? ¿Y el alumnado NEAE?
Si quieres conocer más, ¡sigue leyendo!
¿Cómo se realizan las divisiones de una cifra?
En primer lugar, debemos conocer los componentes básicos de la división:
- Dividendo: número que se divide por otra cifra.
- Divisor: número por el cual dividimos el dividendo en partes iguales.
- Cociente: resultado de la división.
- Resto: es el número sobrante, que no se puede seguir dividiendo, ya que es más pequeño que el divisor.
Representación gráfica
El proceso es sencillo, debemos basarnos en la tabla de multiplicar para buscar un número que multiplicado por el divisor nos dé como resultado el dividendo. Para comprender mejor el proceso podemos partir de un ejemplo práctico: Tenemos 21 caramelos y queremos repartirlos entre 3 niños/as, en este momento es cuando entra en juego la división. Debemos buscar el múltiplo de 3 que sea más cercano a 21, en este caso 7. Por ello, cada niño/a tendrá 7 caramelos.
Representación gráfica
¿Qué técnicas podemos utilizar en el aula para aprender a dividir?
Como hemos adelantado, aprender a dividir es una de las operaciones más básicas del mundo matemático. Sin embargo, es clave para seguir avanzando y llegar a realizar operaciones más complejas, por lo que su correcta asimilación en edades tempranas es fundamental.
¿Quieres conocer algunos trucos o consejos? Te dejamos recomendaciones para que aprender a dividir por una cifra sea un reto divertido y el proceso sea atractivo e innovador.
- El juego nos permitirá aportar un componente lúdico al proceso de enseñanza, posibilitando el desarrollo integral del alumnado. Asimismo, aumentará la motivación y asimilación del conocimiento.
- Gamificación, una metodología activa y participativa. Mediante retos, el alumnado podrá ir adquiriendo los conocimientos de forma más práctica, además de promover la cooperación y relaciones socioafectivas en el grupo.
- Talleres tematizados: podemos utilizar talleres de cocina, ciencias, o cualquier otra temática, donde sea necesario realizar cálculos matemáticos. Será una forma de ver la aplicabilidad de estas operaciones en la vida diaria.
- Aprendizaje manipulativo que nos permitirá recrear situaciones de forma dinámica en la que se comprendan mejor los procesos matemáticos.
- Método/Forma pictórica, representación por medio de formas, dibujos y símbolos que facilitan comprender las cantidades y las fases de las operaciones matemáticas.
Más concretamente, nos centraremos en detallar el Método Singapur. Esta metodología pretende cambiar el proceso de enseñanza matemática tradicional, convirtiendo al alumnado en protagonista y partiendo de lo concreto hasta lo más abstracto. El objetivo principal es el desarrollo del pensamiento crítico y se desarrolla en 3 fases:
- Fase concreta: el alumnado aprenderá operaciones como la división mediante objetivo manipulativo, siendo el proceso más visual.
- Fase Pictórica: mediante imágenes y símbolos se representará el problema facilitando su resolución.
- Fase Abstracta: se comienza la comprensión de los procesos con representaciones abstractas como los números.
¿Y qué pasa con el alumnado NEAE?
Cada vez es más habitual detectar necesidades educativas especiales en el aula, y la inclusión se ha convertido en el principal reto del sistema educativo. Por tanto, debemos tener en cuenta que el alumnado NEAE puede requerir el empleo de técnicas y/o adaptaciones que les apoyen en el proceso de aprendizaje de las divisiones de una cifra. Algunas recomendaciones que podemos aplicar son:
- Adaptar el material didáctico, principalmente manipulativo y siendo presentado de diversas formas (vídeos, imágenes, puzles...).
- Enseñanza progresiva y gradual, partiendo de lo más sencillo a lo más complejo.
- Explicaciones claras, concisas y donde prime la ejemplificación.
- Evitar conceptos abstractos.
- Promover el trabajo colaborativo, la cooperación y trabajo en equipo.
- Utilizar metodologías activas, participativas e innovadores, donde el juego sea un motor clave del aprendizaje.
- Adaptar el proceso a los ritmos y necesidades de cada alumno/a.
Texto escrito por Eva María Gómez Álvarez.