Los efectos negativos de repetir curso
El hecho de repetir curso se ha percibido siempre como un castigo más que como una nueva oportunidad. Y es que, actualmente, se considera una medida "ineficiente" que solo consigue favorecer la segregación escolar, pues, según Save The Children, afecta casi tres veces más a los alumnos de nivel socioeconómico más bajo.
España cuenta con una tasa de abandono escolar del 13,9%. Los datos son de mejora respecto al 24,7% del año 2012, pero seguimos contando con uno de los peores puestos de toda la Unión Europea en ese sentido. Muchos lo atribuyen a la sobrecarga lectiva, y es que los estudiantes españoles cursan 181 horas más de clase en comparación al resto de países.
El problema de la segregación escolar
La segregación escolar es un problema real, y tal es su importancia que los expertos están animando al Ministerio de Educación y Formación Profesional y a las comunidades autónomas de España a que revisen sus políticas de admisión a los centros tanto públicos como concertados. El objetivo sería formar grupos más heterogéneos al reservar una parte de las plazas para alumnos provenientes de entornos desfavorecidos, aquellos con más riesgo de exclusión.
Esta "política de elección de centro controlada" (así lo llaman) vería su alternativa en un sistema de sorteo para asignar plazas en los centros con alta demanda. En cualquier caso, la medida iría acompañada de ayudas al transporte y gastos de manutención para cubrir el desplazamiento de los alumnos.
De todas formas, esto no solucionaría las consecuencias a nivel académico y personal que supone para un alumno el tener que repetir alguno de los cursos escolares.
Los efectos negativos de repetir curso en el estudiante
El impacto de repetir curso en un estudiante puede variar según las circunstancias, pero sus consecuencias no suelen ser positivas. Por ejemplo:
- Autoestima y motivación: repetir curso puede tener un impacto negativo en la autoestima y la motivación de un estudiante. Puede hacer que se sienta inseguro, avergonzado o frustrado.
- Relaciones sociales: este hecho también puede afectar las relaciones sociales del estudiante. Puede sentirse apartado de sus amigos y compañeros de clase que avanzaron al siguiente nivel.
- Presión adicional: repetir un curso puede agregar presión adicional a un estudiante, ya que a menudo se espera que tenga un mejor desempeño en el segundo intento. En ese caso, repetir curso puede ser estresante y contraproducente.
- Pérdida de tiempo: repetir un curso puede ser visto como una pérdida de tiempo en comparación al avanzar con los compañeros.
- Aburrimiento y desmotivación: estudiar el mismo contenido por segunda vez puede llevar a la desmotivación y el aburrimiento, ya que el estudiante puede sentir que no está avanzando lo suficiente.
- Estigmatización: en algunos casos, repetir un curso puede llevar a la estigmatización por parte de compañeros, lo que puede afectar igualmente a la autoestima del estudiante y a la facilidad para integrarse en el nuevo grupo.
- Costes adicionales: costes de transporte, material escolar o matrícula (según el tipo de centro) se añaden al presupuesto familiar durante un año más de lo previsto en el caso de repetir curso.
¿El modelo educativo español funciona?
Se considera que el sistema educativo español tiene numerosas deficiencias, motivo por el cual los docentes tratan de introducir nuevas metodologías en el aula siempre y cuando el currículo lo permita, pero parece no ser suficiente para acabar con asuntos de tal gravedad como el abandono escolar o el deterioro del rendimiento académico de los grupos.
Ante esta situación, muchos centros, aunque mayoritariamente privados, están ofreciendo otros modelos educativos que se consideran ejemplares en Europa. El más destacado es el modelo escandinavo, el cual prioriza el bienestar emocional del estudiante frente a los contenidos académicos, adaptándose así a sus ritmos.
Este modelo incentiva la experimentación y el desarrollo de la creatividad y el criterio propio, dejando los pesados libros de texto en segundo plano. La experiencia queda por encima de la memorización y los resultados son mucho más satisfactorios y mejores en general, sin necesidad de agotar mentalmente al alumno o imponerle presiones innecesarias a esas edades. Claro está que en este caso no cabe lugar para el repetir curso.
Al fin y al cabo, los estudiantes pasan la mayor parte de su día dentro del centro educativo, siendo el lugar donde desarrollan la mayoría de sus habilidades sociales y se forman como los adultos del futuro. Valores como la tolerancia, el respeto o la empatía deben ser enseñados especialmente en el ámbito familiar, pero es inevitable que los docentes también tomen parte en esta tarea tan importante. Formar personas y no máquinas de pensar es lo que debería priorizar el sistema educativo español, replanteándose así la medida de repetir curso ante sus numerosas consecuencias.