Los tipos de memoria y la importancia de trabajarla
Cada día los seres humanos vivimos numerosas experiencias que hacen que adquiramos nuevos aprendizajes. El cerebro es capaz de asimilar y almacenar distinta información que posteriormente nos es de utilidad. Sin embargo, es incapaz de recopilar sin ningún límite la misma, por lo que debe decidir cuál es la que recordará.
De aquí surge lo que denominamos memoria. Se trata de esa capacidad que tiene el cerebro de poder retener y recuperar información de forma voluntaria, recordando así ideas, conocimientos, vivencias o sensaciones que se han vivido en un pasado.
Como todos hemos vivido, esos recuerdos no los distinguimos con la misma claridad, ni permanecen el mismo tiempo en nuestros cerebros. Por ello, hablamos de la existencia de distintos tipos de memoria.
Pero, ¿a qué nos referimos como tipos de memoria?
Es necesario que sepamos que la palabra "memoria" engloba una numerosa lista, como puede ser desde memorizar una imagen o recordar una canción hasta saber el nombre de nuestros familiares. Es decir, todo aquello que implique ese almacenaje y recuperación de información que comentábamos.
Podemos ver cuántas clases de memoria hay clasificándolas en función del tipo de contenido, de la duración o en función del formato de codificación de la información.
Tipos de memoria humana
Según la duración de los recuerdos en nuestra memoria podemos distinguir entre:
- Memoria sensorial. Se encuentra ligada a la captación de información más breve, ya que la procesa y retiene en menos de un segundo. Se trata de una respuesta automática ante un estímulo de forma inconsciente.
- Memoria a corto plazo. Este tipo guarda la memoria en un intervalo mayor de tiempo, permitiéndonos analizar lo que estamos experimentando. Esta memoria requiere de poco esfuerzo, pero, sin embargo, en caso de que queramos almacenarla de una forma duradera a lo largo del tiempo, debemos hacerlo de una forma consciente.
- Memoria a largo plazo. Esta es la memoria que solemos conocer, ya que es la que nos permite almacenar información durante largos periodos de tiempo sin ningún límite de capacidad.
Según el tipo de contenido también podemos diferenciar:
- Memoria episódica en la que la información almacenada es personal o biográfica, recordando acontecimientos concretos.
- Memoria semántica se refiere a la información que trata hechos o conceptos concretos.
- Memoria procedimental se refiere a las habilidades y destrezas.
Según ese formato de codificación de información hablamos de:
- Memoria sensorial, en la que se recibe la información a través de los sentidos, pudiendo distinguir a su vez entre memoria visual, olfativa, del tacto y auditiva. La memoria visual o icónica se refiere a la que retiene imágenes asociadas a algún objeto. La memoria háptica se refiere a esa información recibida por el tacto que da lugar a inputs como el dolor o el picor. La memoria auditiva hace referencia a la información recibida oír el oído, siendo muy importante para comprender el lenguaje. Por último, la memoria olfativa es aquella que se refiere a la información obtenida por el olor.
- Memoria verbal que va a codificar la información en forma de palabras, pueden ser tanto orales como escritas.
Todas las habilidades, incluyendo la memoria, pueden ser entrenadas para mejorar su rendimiento. Una forma de mejorar la capacidad de memoria es a través de las inteligencias múltiples. Si deseas obtener más información sobre este ámbito, te ofrecemos el siguiente Curso de inteligencias múltiples y aprendizaje cooperativo.
Es muy importante el ejercicio de la mente para prevenir el deterioro cognitivo y evitar así enfermedades neurodegenerativas como son la demencia senil o el Alzheimer.
Los beneficios que aporta trabajar la memoria
Entre los principales beneficios que nos ofrece podemos destacar:
- Reduce el deterioro cognitivo
- Reduce el riesgo de padecer enfermedades metales
- Mejoran las habilidades en las funciones diarias
- Potencian las habilidades cognitivas
- Mejoran la concentración
- Favorecen el desarrollo del lenguaje
Por todos estos beneficios, entre otros muchos más, resulta tan relevante el trabajar la memoria. Sin embargo, en algunas ocasiones, puede resultarnos algo complejo el conocer como trabajarla de una forma correcta. Por ello, a continuación, dejamos algunas ideas que pueden ser de utilidad.
Consejos para el entrenamiento cerebral
Algunas ideas que pueden ayudarte a la hora de conocer como trabajar tu memoria, para tratar de prevenir esas enfermedades o demencias, son las siguientes:
- Mantén tu mente activa, llevando a cabo diversas actividades que ayudan a mantener tu cerebro en forma.
- Lleva a cabo actividades sociales de forma continuada y a menudo. Esa interacción social ayuda a poder despejarse, previniendo la depresión o el estrés, además de fomentar ese ejercicio mental.
- Duerme las horas necesarias. La mayoría, por esa numerosa cantidad de cosas que solemos tener que hacer, dejamos el sueño en un segundo plano, no llegando a cumplir con el mínimo de horas recomendable, siendo esto esencial para nuestra salud.
- Lleva a cabo una dieta sana y variada, ya que esta no solo ayuda al físico, sino que también es buena para tu corazón y para tu cerebro.
- Incluye ejercicio físico en tu rutina. Pequeños ejercicios diarios pueden ser esenciales para mantener una salud mental, sin ser necesario tener que echar una enorme cantidad de tiempo ni realizar ejercicios demasiado intensos.
La salud mental es crucial, sobre todo con el avance de nuestra edad, por lo que hacer trabajar el cerebro correctamente conseguirá ayudarnos a envejecer adecuadamente aumentando nuestra calidad de vida.