La importancia de la inserción laboral de los jóvenes en la actualidad
La crisis que trajo consigo la pandemia hace apenas un par de años supuso un ‘frenazo’ brusco en el camino hacia disminuir la tasa del paro, especialmente el paro juvenil. Seguramente, los problemas estructurales del sistema educativo y del mercado de trabajo también han hecho que la transición de los estudios al trabajo sea larga y difícil.
El desempleo a una edad temprana puede tener consecuencias negativas y duraderas, el llamado ‘efecto cicatriz’. Estos jóvenes, además de correr un riesgo más elevado de desempleo en el futuro, también se exponen a un mayor riesgo de exclusión y pobreza, y tienen más probabilidades de sufrir problemas de salud. Se necesitan urgentemente soluciones eficaces.
Paro y precariedad laboral
La inserción laboral sigue siendo el objetivo fundamental de la intervención social en el marco de las políticas de bienestar. El trabajo digno y estable es un elemento vital en la participación, relación social o la vía de acceso al consumo y desarrollo personal. Y al mismo tiempo genera hábitos, pautas de relación, conductas y comportamientos.
Los puestos de trabajo se han reducido notablemente, y buena parte de los existentes han sufrido una precariedad generalizada. Por otra parte, está comprobado que existen grandes diferencias entre los jóvenes según su procedencia social y situación familiar. La clase social de origen (credenciales educativas de los padres) tiene un efecto directo muy importante en el rendimiento educativo del menor.
Los menores que no se han socializado con ambos progenitores tienen un riesgo más elevado de fracaso escolar. Si la figura que les ha faltado ha sido la materna, tienen una mayor probabilidad de sufrir problemas graves de drogodependencia antes de cumplir los 20 años.
Por lo que se refiere a las distinciones por razón de sexo, existen diferencias significativas en ritmos de inserción laboral. Son las mujeres quienes tienen más dificultades para la integración, mientras que, entre las personas excluidas inmigrantes, se da la situación opuesta.
El impacto del COVID-19
El primer informe de urgencia dedicado a las consecuencias inmediatas del confinamiento en la juventud española, destacaba un aumento del paro juvenil y constataba que, si en marzo de 2020 figuraban como demandantes de empleo 862.801 personas jóvenes en España, un mes más tarde la cifra aumentó hasta las 1.350.736 personas.
Aunque, cabe mencionar que esta era una diferencia achacable a la necesidad de inscribirse como demandante para acogerse a la protección de los ERTE.
Sin embargo, el informe también advertía que un 41% de los jóvenes acogidos a estos ERTE enfrentaban un riesgo específico y grave de engrosar las filas del paro una vez finalizada esta situación.
Ya en vías de recuperación del mercado laboral tras el COVID-19, los datos de paro tampoco es que hayan cambiado a gran escala. El número de jóvenes que ni estudian ni trabajan (conocidos como "ninis") ha aumentado desde 2019 hasta suponer en 2022 un 19,9% del total, según los últimos datos de la OCDE.
¿Qué quiere decir esto? Que uno de cada cinco jóvenes en España de entre 18 y 24 años no están formándose ni tampoco trabajando. Un porcentaje que supera la media de la Unión Europea (del 13,3%) y también la de la OCDE (del 15,1%).
El aumento de "ninis" ha sido paralelo a la disminución de jóvenes que combinan trabajo y estudios, que en las últimas dos décadas se ha reducido del 38% al 16% por la crisis financiera que arrancó en 2008. Esta no llegó a recuperarse después y volvió a caer con la pandemia.
Razones y posibles soluciones a las dificultades para encontrar trabajo en jóvenes
Hace unos años la tasa de paro juvenil rozaba el 57%, un dato preocupante que generó decenas de estudios intentando dar una explicación al problema. Uno de estos concluyó que la principal razón del desempleo juvenil era la debilidad del sistema educativo.
Según esta investigación, el sistema educativo español tiene serias deficiencias estructurales, entre otras deficiencias, que propician que los jóvenes que terminan o abandonan prematuramente su etapa formativa no consigan encontrar un puesto en el mercado profesional. Los dos principales problemas relacionados con la educación serían los siguientes:
- La falta de adaptación de los contenidos formativos a las necesidades presentes y futuras del ámbito empresarial.
- Excesivo peso de los contenidos formativos teóricos, en detrimento de los contenidos formativos prácticos
¿Qué soluciones pueden darse a esta problemática?
En estos años, los expertos en educación y empleo se han puesto de acuerdo en la necesidad de los jóvenes por que adquieran unos conocimientos sólidos teórico-prácticos dirigidos al entorno profesional real.
Además de finalizar con éxito los estudios académicos reglados, teniendo en cuenta las dificultades que supone la brecha educativa, es preciso que los jóvenes refuercen su formación adquiriendo conocimientos especializados en el sector de la actividad a la que desean acceder. Unos conocimientos y habilidades que conozcan las necesidades reales de las empresas y preparen a los jóvenes para que cumplan con las exigencias de su futuro empleo.
Aunque no es esta la única opción que proponen las investigaciones y estudios. En el ILO Global Youth Employment Forum, realizado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) el pasado mes de agosto, se concluyeron las siguientes medidas para mejorar el empleo juvenil y brindar oportunidades de trabajo digno a la juventud.
- Establecer políticas macroeconómicas favorables al empleo juvenil.
- Aumentar la inversión en educación y dar más importancia a la orientación.
- Asegurar la calidad del empleo juvenil y su especialización.
- Promover el emprendimiento juvenil.
- Defender los derechos laborales de los jóvenes.
- Crear más empleo juvenil en sectores emergentes como la economía digital, ecológica, creativa o del cuidado.
Algo está claro, la educación y la formación son factores clave en la preparación de los jóvenes para el mundo del trabajo, como sostiene la OIT. Desde Red Educa te ofrecemos la mejor formación, como este Curso de Técnico en Orientación Laboral para Jóvenes.
Aspectos vitales para acabar con la baja remuneración y escasa calidad de los empleos, segmentación del mercado de trabajo y la pobreza transmitida de una generación a otra y de la exclusión social.