El valor numérico a las notas de la ESO
El cambio se está produciendo, en algunas comunidades autónomas, en la presentación de los boletines de notas donde hasta ahora solo aparecían las calificaciones genéricas (Sobresaliente, notable). Al ser una valoración general, se ha propuesto añadir el valor numérico a las notas en la ESO. Este cambio supone tener más información acerca de los resultados de los alumnos y utilizarlos para mejorar su rendimiento. Veamos cómo se establece desde diferentes puntos de vista y cómo abordar otros modos de evaluación.
El valor numérico en las notas de la ESO
Añadir cifras en las calificaciones de las notas de la ESO significa añadir rigor al sistema educativo, ya que muestra cómo está evolucionando el alumno más allá de la generalidad que da poner “Notable” o “Bien” difuminando los resultados obtenidos. Lo que caracteriza poner un número en las notas de la ESO es la exactitud con la que podemos saber en qué cifra se encuentra la evolución del alumno.
Para el docente supone saber la situación real en la que se encuentra el alumno respecto a su progreso educativo y al conjunto de clase. Y para el alumno, puede llegar a ser un estímulo para corregir ciertos errores y mejorar en su evolución. Esto se debe a lo visual que son las notas numéricas al reconocer rápidamente cuál es su rendimiento académico.
Instituciones educativas o competentes en las decisiones de este cambio han visto correcto el cambio que ayuda tanto a las familias como a los alumnos de estar informados de la evolución, y han decidido seguir con esta manera de calificar. Introducir una cifra en las notas de la ESO, lo ven como un instrumento de información y no un cambio total de las calificaciones.
La notas de la ESO deben transmitir confianza y reflejar la situación donde se encuentra el alumno para mejorar y evolucionar durante el curso. Estas modificaciones optimizan la claridad de la información que se les transmite a las familias y cómo pueden reflexionar sobre ello para no caer en el fracaso escolar.
El problema de las notas numéricas: categorizar
Es cierto que, la calificación numérica en las notas de la ESO no es tan objetiva como parece, ya que no señala qué ha progresado y qué debe hacer el alumno para avanzar. Los números en las notas de la ESO categorizan al alumno, y podría discriminar y encasillarlo. Además, las notas numéricas pueden generar dificultades en los docentes a la hora de evaluar con exactitud los conocimientos del alumno.
Por otro lado, lo visual que son las calificaciones numéricas hace que los alumnos confundan su rendimiento académico respecto a una cifra y no sepan el conocimiento o aprendizaje real que han tenido durante el trimestre.
¿Cómo deberían ser las notas de la ESO?
Es cierto que un número no refleja todo el esfuerzo y sacrificio que ha hecho un alumno durante el trimestre o el curso. Las notas de la ESO deberían reflejar, además del progreso, la motivación que ha tenido durante ese periodo de tiempo o el tipo de aprendizaje que ha obtenido. Las calificaciones que conocemos hasta ahora, del 1 al 10, o de “suspenso” a “sobresaliente”, no incluyen información de carácter cualitativo. Nos referimos a información que le sea beneficiosa al alumno, como qué aspectos debe mejorar o qué estrategias debe elegir para lograr evolucionar.
Aunque, estas valoraciones las puede obtener en las tutorías que se realizan por parte de los docentes con las familias y los alumnos para puntualizar donde se ha fallado y qué se puede hacer. Las evaluaciones podrían ser más personalizadas para entender cómo ha sido toda la evolución durante el curso, aunque, es verdad, que supondría un gran esfuerzo del docente en dedicar tiempo a cada una de las evaluaciones de sus alumnos. Se trata de diferentes propuestas y puntos de vista sobre cómo se deberían aplicar las notas de la ESO.
La evaluación en las notas de la ESO debería ir más allá de la nota de un examen o asignatura, si no combinar tanto la nota numérica (10) como la nota cualitativa (“sobresaliente”). Aspectos como los siguientes podría introducirse en la evaluación para el buen desarrollo del alumno:
- Relación con el entorno
- Madurez
- Fortalezas y dificultades
- Estilo de aprendizaje