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Anatomía de nuestra memoria

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Cristina Molina

Cristina Molina

Lun, 29/04/2024 - 17:59

¿Cómo funciona la memoria?

El aprendizaje es un proceso por el que los organismos modifican su conducta para adaptarse a las condiciones del medio que los rodea. Cualquier aprendizaje requiere la participación de la memoria. Cuando se alude a la memoria en relación con la educación en ocasiones hay que prestar atención a diversas causas. Esta situación puede referirse a la asociación que se establece entre la memoria y un tipo de aprendizaje memorístico y repetitivo, relacionado con pasados sistemas educativos en los que se enfatizaba más el recuerdo de información que su comprensión.

Sin embargo, la memoria, como otros procesos cognitivos (p.e., atención, lenguaje), es un elemento al aprendizaje humano. Al igual que no se puede concebir el aprendizaje sin atención, no puede entenderse sin la memoria. Esto es, es conveniente diferenciar entre planteamientos que identifican la memorización mecánica con una de las finalidades de la educación, con la idea de memoria como proceso cognitivo ajustado al aprendizaje. 

Lo que aprendemos es retenido o almacenado en nuestro cerebro y constituye lo que denominamos memoria. La memoria es siempre inferida del comportamiento. Por definición, no hay aprendizaje sin memoria ni memoria sin aprendizaje, aunque éste último sea de naturaleza elemental. Aprendizaje y memoria son dos procesos estrechamente ligados. Están además presentes en muchos otros procesos cerebrales, como la percepción sensorial, las emociones o el lenguaje, por lo que los especialistas tienen dificultades para referirse a alguno de ellos con independencia del otro o para discernir su presencia o participación específica en una función cerebral o conductual.

Varios procesos de aplicación de la memoria en el contexto educativo

Procesos de Codificación: Durante las clases, los estudiantes están constantemente codificando nueva información. Esto implica transformar la información sensorial (auditiva, visual, táctil, etc.) en señales neuronales que puedan ser procesadas y almacenadas en la memoria. 

Atención y Concentración: La atención y la concentración son factores clave para la formación de la memoria en el aula. Los alumnos necesitan enfocarse en el contenido presentado para que la información se codifica eficazmente en la memoria a corto plazo y luego se traslade a la memoria a largo plazo. 

Repetición y Práctica: La repetición y la práctica son estrategias importantes para fortalecer la memoria en el aula. La revisión regular de la información, la resolución de problemas y la práctica activa de habilidades contribuyen a consolidar el aprendizaje y mejorar la retención de la información. 

Asociaciones y Conexiones: Establecer asociaciones y conexiones entre conceptos ayuda a facilitar la memoria. Los estudiantes pueden recordar mejor la información cuando pueden relacionarla con conocimientos previos, experiencias personales o aplicaciones prácticas. 

Estrategias de Organización: Enseñar a los alumnos técnicas de organización y estructuración de la información, como la elaboración de mapas mentales, esquemas o resúmenes, puede mejorar la capacidad de memoria y facilitar la recuperación de la información cuando sea necesario. 

Estímulos Multisensoriales: La utilización de estímulos multisensoriales en el aula, como imágenes, videos, demostraciones prácticas y actividades interactivas, puede mejorar la codificación y la retención de la información al involucrar varios canales sensoriales. 

Feedback y Reforzamiento Positivo: Proporcionar retroalimentación efectiva y reforzamiento positivo a los estudiantes contribuye a fortalecer la memoria y la motivación para el aprendizaje. Reconocer el progreso y el esfuerzo de los estudiantes puede aumentar su compromiso con el material.

¿Cómo facilitar el aprendizaje a través de la memoria?

Cuando un alumno tiene que realizar tareas complejas que sobrepasan su capacidad, las posibilidades de fallar aumentan, perdiéndose la oportunidad de obtener éxito en la actividad propuesta. Por tanto, una estrategia general para facilitar el aprendizaje consiste en simplificar las tareas para reducir sus demandas. Se pueden reducir las demandas de la tarea eliminando aquellos elementos que no afectan al objetivo de la actividad. 

En conclusión, es importante tener en cuenta que la formación de la memoria es un proceso dinámico y en continuas modificaciones. La información no se almacena de manera estática, sino que puede modificarse y actualizarse con el tiempo a medida que adquirimos nueva información y experiencias. Además, la memoria es un sistema distribuido en el cerebro, lo que significa que diferentes tipos de memoria (como la memoria a corto plazo y la memoria a largo plazo) involucran diferentes áreas y redes neuronales. 

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