Clasificación de las necesidades específicas de apoyo educativo
¿En qué consisten las necesidades específicas del apoyo educativo?
Todos los niños/as tienen en algún momento de su recorrido escolar alguna necesidad educativa que necesitan paliar. La infancia es una de las etapas principales del desarrollo al marcar lo que será nuestra vida adulta. Así, es importante realizar una atención temprana para prevenir posibles problemas en el futuro. Cuando se habla de los alumnos/as con Necesidades Específicas de Apoyo Educativo (NEAE), se refiere a aquellos niños/as que requieren determinados apoyos y atenciones educativas específicas con las que poder adaptarse al currículo correspondiente de su edad.
Además, entendemos por personas con necesidades educativas especiales (NEE) aquellas que requieren de determinadas ayudas o atenciones específicas debidas a diferencias en sus capacidades personales, de tipo físico, psíquico, cognitivo, sensorial o de conducta. Los menores con necesidades educativas especiales asisten, por lo general, a centros educativos ordinarios sólo escolarizándose en centros específicos de educación especial aquellos que presentan trastornos graves de desarrollo, discapacidad intelectual grave o profundo, o los afectados por plurideficencias.
Clasificación de las necesidades educativas
El niño/a que es considerado como el estudiante con necesidades específicas de apoyo educativo tiene que pertenecer a alguna de estas categorías:
- Altas capacidades intelectuales: este concepto no se limita a aquellos alumnos que presentan una sobredotación intelectual, sino que se consideran necesidades específicas de apoyo educativo por altas capacidades intelectuales a aquellos menores con altas capacidades que manejan y relacionan múltiples recursos cognitivos de tipo lógico, número, espacial, de memoria, creatividad…)
- Dificultades específicas de aprendizaje: estos niños/as requieren determinados apoyos y atenciones educativas específicas que son consecuencia de ciertos desórdenes o desajustes en los procesos cognitivos básicos que están implicados en los procesos de aprendizajes.
Algunas de estas dificultades específicas de aprendizaje puede ser: dislexia, digrafía, disortografía o discalculia; y otras pueden ser las dificultades por retraso en el lenguaje o dificultades por capacidad intelectual límite. - Actuaciones de carácter compensatorio: aquellos alumnos/as que presentan algún tipo de desfase curricular significativo o no significativo debido a otras causas que no pueden ser explicadas por la existencia de NEE o dificultades de aprendizaje. Pueden ser menos con algún tipo de historia familiar, personal y/o social que interfiere en la correcta adaptación al ambiente educativo. Otras situaciones como menores con largos periodos de hospitalización o por absentismo escolar de origen o en destino.
- Necesidades educativas especiales: encontramos a alumnos que presentan algún trastorno como:
- Discapacidad visual
- Discapacidad intelectual.
- Discapacidad auditiva.
- Discapacidad física.
- Enfermedades raras y crónicas.
- Trastornos de la comunicación.
- Trastorno del Espectro Autista.
- Trastorno grave de conducta.
- Trastorno de Déficit de Atención con/sin Hiperactividad.
- Trastorno grave del desarrollo.
Síntomas visibles para detectar las necesidades específicas
Si se observan alguna de las siguientes situaciones, estaremos ante un caso de necesidad de apoyo educativo específico:
- Un ambiente familiar poco favorable para la estimulación del desarrollo del niño/a
- Rendimiento superior o inferior en el ambiente escolar, teniendo en cuenta su edad y nivel educativo
- Diferencias comparándole a niños/as de su edad, teniendo en cuenta el desarrollo y el ritmo de aprendizaje
¿Por qué es necesario la clasificación de estas necesidades?
El objetivo de realizar una clasificación de Necesidades Específicas de Apoyo Educativo, es procurar una actuación desde el mismo momento en el que se identifique una necesidad específica y atenderla de forma integral, siguiendo los principios de normalización e inclusión. Con esto se consigue:
- Disminuir los efectos negativos en los menores y en sus familias que derivan del diagnóstico y las consideraciones que de él o ella se derivan.
- Fomentar el conocimiento del trastorno o limitación.
- Eliminar etiquetas que puedan limitar las posibilidades tanto de enseñanza como aprendizaje del menor con algún trastorno o discapacidad.
- Intentar diversificar y personalizar las actuaciones, atendiendo a las necesidades específicas de cada niño/a, que pueden ser distintas incluso, con el mismo diagnóstico.
Texto escrito por Alicia Lozano.