Cómo acompañar en el proceso de duelo en niños de 7 a 9 años
El duelo en niños es una experiencia compleja que varía según la edad y etapa del desarrollo. En anteriores artículos relacionados con la muerte en edades infantiles, comentábamos que es un tema que los padres tienen que afrontar tarde o temprano. En cambio, en los niños de 7 a 9 años, el duelo es un proceso que merece especial atención, pues a estas edades los niños comienzan a comprender la muerte de manera más realista, aunque todavía mezclan elementos de fantasía. Este texto explora cómo los niños experimentan el duelo, las fases que pueden atravesar, y actividades para trabajar el duelo infantil de manera saludable.
Cómo viven el duelo los niños de 7 a 9 años
A esta edad, los niños empiezan a entender que la muerte es irreversible y universal. Sin embargo, su capacidad para gestionar las emociones aún está en desarrollo. Esto puede generar comportamientos contradictorios: un momento pueden parecer indiferentes y, al siguiente, expresar tristeza profunda.
El duelo infantil no sigue un camino lineal. Los niños experimentan emociones como tristeza, enojo, culpa, miedo y, a veces, alivio, dependiendo de su relación con la persona fallecida. También es común que el duelo se manifieste a través del juego, especialmente en los juegos simbólicos, donde recrean situaciones relacionadas con la pérdida para procesarlas emocionalmente.
Fases del duelo en niños
El duelo en niños, al igual que en adultos, atraviesa fases que no necesariamente siguen un orden estricto. Estas fases incluyen:
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Negación y confusión: En un primer momento, los niños pueden negar la pérdida o mostrarse confusos ante lo sucedido. Esto es especialmente común cuando la muerte es inesperada.
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Enojo: Pueden sentirse enfadados con la persona fallecida, con otros familiares o incluso consigo mismos.
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Tristeza y añoranza: Esta etapa suele estar marcada por el llanto, el deseo de que la persona fallecida regrese y una profunda sensación de vacío.
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Aceptación: Gradualmente, los niños comienzan a adaptarse a la ausencia, aunque la tristeza puede resurgir en momentos importantes como aniversarios.
El impacto del duelo en el rendimiento escolar
Es común que el duelo afecte el rendimiento escolar de los niños. Pueden tener dificultades para concentrarse, olvidar tareas o mostrar conductas disruptivas en clase. Estos cambios suelen ser temporales, pero es fundamental que los padres y maestros se mantengan atentos y ofrezcan apoyo.
Actividades para trabajar el duelo en niños
Trabajar el duelo infantil implica ayudar a los niños a expresar sus emociones de manera saludable. Algunas actividades útiles incluyen:
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Crear un álbum de recuerdos: Los niños pueden recopilar fotos, dibujos o pequeños objetos que les recuerden a la persona fallecida. Esto les ayuda a mantener una conexión emocional mientras procesan la pérdida.
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Juegos simbólicos: A través del juego, los niños pueden explorar y expresar sus sentimientos. Por ejemplo, jugar a construir "historias de despedida" con muñecos o personajes puede ser una forma efectiva de exteriorizar sus emociones.
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Escribir una carta a la persona fallecida: Esta actividad permite que los niños expresen cosas que no pudieron decir en vida, facilitando el cierre emocional.
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Talleres creativos: Pintar, moldear con plastilina o cualquier otra actividad artística puede ser una vía para liberar emociones difíciles de verbalizar.
Comparación con el duelo en niños de 3 a 6 años
El duelo en niños de 3 a 6 años es diferente, pues a estas edades los niños no comprenden del todo la irreversibilidad de la muerte. Pueden creer que la persona fallecida volverá o interpretarlo como algo temporal. Esto contrasta con los niños de 7 a 9 años, quienes ya han desarrollado una mayor comprensión, aunque todavía necesitan apoyo para procesar la pérdida.
Cuando la pérdida es significativa: muerte de la madre
La muerte de una madre es una de las experiencias más dolorosas para un niño. En este caso, las fases del duelo pueden intensificarse y prolongarse. La figura materna representa seguridad y cuidado, y su ausencia genera un impacto profundo en la estabilidad emocional del niño.
En estas situaciones, es crucial brindar una red de apoyo sólida, mantener rutinas y ofrecer ayuda profesional si el niño muestra señales de duelo complicado, como aislamiento prolongado, problemas severos en el rendimiento escolar o conductas regresivas persistentes.
El papel de la ayuda profesional
En algunos casos, el duelo infantil puede requerir la intervención de un psicólogo o terapeuta especializado. Esto es especialmente necesario si el niño tiene dificultades para expresar sus emociones, si experimenta cambios drásticos en su comportamiento o si el duelo se prolonga más de lo esperado.
Los profesionales utilizan técnicas adaptadas a las edades de los niños, como la terapia de juego, que permite explorar emociones a través de actividades lúdicas. También trabajan con la familia para garantizar que el entorno del niño sea lo más seguro y comprensivo posible.
Acompañar el duelo infantil
El duelo en niños de 7 a 9 años es un proceso único que depende de su etapa del desarrollo y de las circunstancias específicas de la pérdida. Aunque la muerte puede parecer un tema difícil de abordar, hablar abiertamente y realizar actividades que permitan expresar emociones puede marcar una gran diferencia.
Es importante recordar que cada niño experimenta el duelo a su manera, y la clave está en ofrecerles comprensión, paciencia y herramientas adecuadas para que puedan adaptarse a la ausencia de la persona fallecida. En los casos más complejos, buscar ayuda profesional asegura que el niño reciba el apoyo necesario para superar esta etapa con resiliencia. Con un acompañamiento cercano y respetuoso, los niños pueden aprender a integrar la pérdida en su vida y encontrar un nuevo equilibrio emocional.
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